Me conecto

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025Conectarme con la a tierra, sentirme parte de ella es una práctica simple pero muy poderosa. Al conectar mis sentidos con la tierra, desde la planta de mis pies encuentro mi fortaleza. A través de la conexión con la tierra restauro el equilibrio en mi cuerpo y en mi mente. Estoy inmóvil. Dejo que mis pies reciban la sensación, de la hierba, de la arena, del piso, el agua, las piedras … … siento su temperatura, su textura. Recibo su vida. Respiro. Camino. Bailo. Imagino que mis raíces, profundas y extendidas a mi alrededor se mezclan con la tierra misma. Levanto mis brazos y esa energía explota y me envuelve. Mi aura se expande, movimiento que se convierte en alegría. Me transformo, soy una con la tierra, soy una con el aire. Soy infinita. Soy bruja.

Peregrina

Cleopatra en Nueva York

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Desde hace varios años, Cleopatra en Nueva York es una pieza musical que acompaña por lo menos dos de las tardes de mis semanas.  Con un ritmo que invita a transportarse a la nada de los pensamientos y soltar la respiración mientras los brazos se bambolean al ritmo de las caderas, el nombre que Nickodemus le dio a su versión, un tanto psicodélica, de un clásico egipcio le dan el toque de magia exótica a las fantasías que se pueden despertar al escuchar la voz que acompaña la cadencia de los instrumentos.

Y bien, Cleopatra sí está en Nueva York, y se erige majestuosamente en el Central Park, con poca cadencia, pero con muchos misterios insritos en sí.

Resulta que es uno de los dos obeliscos que fueron esculpidos en piezas de granito rojo de casi 21 metros de altura y con un peso que dista mucho de ser etereo: unas 180 toneladas.  Los jeroglíficos egipcios que están inscritos encierran secretos que se pueden intuir al escuchar la composición de Nickodemus.

Fueron erigidos originalmente en la ciudad de Heliópolis alrededor de 1450 a. C., aunque el granito que las compone provenía de las canteras de Asuán, cerca de la primera catarata del Nilo.

Las inscripciones fueron ordenadas grabar unos doscientos años después por Ramsés II, para conmemorar sus victorias militares. Cuando fueron trasladados a Alejandría en el año 12, se instalaron en el Caesarium (un templo construido por Cleopatra) pero fueron derribados más adelante y quedaron enterrados, por desatino del destino, para que pudieramos observar la mayoría de los jeroglíficos que permanecen legibles a la fecha.

Dos obelisco: uno en  Londres,  (Westminster, a orillas del Támesis), fue humilde obsequio al Reino Unido que Mehemet Ali hizo en 1819, en conmemoración de las victorias de Lord Nelson en la batalla del Nilo y de sir Ralph Abercromby en la batalla de Alejandría de 1801.   Pero como era un regalo muy costoso para los britanicos, se dieron el lujo de decir no, agradeciendo, claro pero negándose a financiar el pago del traslado a Londres, por lo que permaneció en Alejandría hasta 1877, cuando sir Erasmus Wilson patrocinó su transporte.

El otro, el que le me hace escribir estas líneas, se encuentra en los Estados Unidos y es  conocido como «La aguja  de Cleopatra en Nueva York».  Ubicado en Central Park. Tras la apertura del canal de Suez en 1869, también un regalo que Ismail Pasha ofreció con la esperanza de cultivar las relaciones comerciales, formalizando el hecho su hijo y sucesor Tewfik Pasha en 1879. William H. Vanderbilt financió el traslado y el obelisco quedó instalado en el parque en 1881.

Piedras que cuentan historias, música que cuenta sueños … A mí me gusta esconder mis deseos y pensamientos en la cadencia de mis brazos y caderas cada vez que mis pies se deslizan en relevé acompañados de shimmies al ritmo de la composición de Nickodemus… 

Peregrina.

Tarab, el éxtasis en la música

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En la cultura árabe, la fusión entre la música y la transformación emocional se resume en el concepto de tarab, que no tiene un equivalente exacto, por lo que no se puede taducir.

Definir una palabra no siempre es suficiente para expresar la esencia de un concepto.

Tarab en árabe, es un estado de éxtasis y sumisión en el que uno entra, mientras escucha con cuerpo y alma, la música.

Por allá del 1798, Guillaume Andre Villoteau se hizo acompañar por un equipo de estudiantes de la música en una misión encomendada por Napoleón a Egipto, su trabajo consistía en observar y explicar las diferencias de la música oriental y occidental. Entre las principales diferencias, Villoteau observó que la música árabe evocaba fuertes emociones que transmitían a quienes la escuchaban, manipulando sus sentimientos. Notó que con gran facilidad los escuchas podían entrar en estados de trance o meditación.

Después de treinta y cinco años, el escritor árabe Ahmad Faris Al-Shidyaqen viajó a Europa y entonces trató de explicar la misma diferencia, por lo que en sus escritos plasmó la forma especial en la que el público reaccionaba ante la música occidental. Llegó a la concluisión de que la música occidental era más adecuada para representar imágenes y conceptos, mientras que la música árabe tendía a dibujar una emoción.

Y buen, eso es el Tarab. No es el estilo de música, sino la escencia de la emoción que produce la música. El éxtasis que se origina al escucharla.

Bailar tarab, es bailar el sentimiento, la emoción, la escencia más pura de la música. En alguna ocasión, un percusionista les preguntó a un grupo de bailarinas de danza árabe que tomaban un curso de ritmos que él impartía: ¿Bailan tarab? Todas se quedaron con una expresión de duda en sus rostros.

No sabían qué significaba tarab.

Danzando, Peregrina.

La bailadora

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Un poema de José Juan Tablada

 

 

¡Ardores, aromas y ritmos mantienes

en plural encanto y en prestigio vario,

y ardes y perfumas, en lentos vaivenes,

como un incensario!

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Peregrina.

El regocijo de la danza en luna nueva

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La noche incipiente  invita al regocijo de la darbuka y las monedas, la Luna es nueva y en su renacer alienta nuestros sueños, acrecienta las esperanzas y despierta las alegorías hechas música y movimiento.
Se abren las ventanas para compartir el ritmo, ¡escucha!…  Danza el viento, danza el pensamiento y se mueve el sentimiento ¡Ven! Entra en la fantasía, en donde las estrellas guían los caminos y las dunas confunden los sentidos.   Es la magia de la seda que se transforma en erupción de colores que encantan y cadencias que enamoran, mientras las fusiones de la danza marcan los ritmos misteriosos de los tiempos. 

 

Pina Bausch, danzar por amor a la vida

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«Danza. Danza. De lo contrario, estarás perdido» P. Bausch

Vivió para la danza, murió en la danza, sigue viva en la danza. Cinco días después de haber sido diagnosticada de cáncer, su espíritu decidió danzar separado del cuerpo. En vida, Pina Bausch unió teatro, músca y danza en una mezcla inusual para su época, incomprendida para los conservadores conocedores que poco a poco se dejaron hipnotizar por los movimientos sorprendentemente mágicos de la delicada bailarina alemana, que con gran fuerza dejaba que su delicado cuerpo desenredara pensamientos e ideas convertidos en movimiento.

Quiero ver la película-documental escrita y dirigida por Wim Wenders que presenta la historia de la compañía de danza «Tanztheater Wuppertal Pina Bausch», una propuesta sensual y de gran impacto visual filmada en esenarios naturales… Espero que pueda ser pronto.

«La acción debe salir con toda sinceridad; para ello hay que dejar que cada cual se exprese según sus motivaciones internas. Después viene una adecuación de aquel sentimiento a lo que se quiere hacer. Muchas veces no hay que retocar nada». Pina Bausch.

Danzando con mis dedos, entre cuentas índigo y letras añil,
Peregrina

abril 29th 2012 Joyas en movimiento: Danza

¡Te invito a bailar!

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Lunes y miércoles grupos para
principiantes 19:30 a 20:30

intermedios 20:30 a 21:30
C.I.M.A. Avenida Av. del Sol 222, SM.45
Informes 887 72 61 ó 99 8186 88 82.
Maestra: >Daniela de la Mora.

Para mí, la danza es vida, es presente, es belleza, es fortaleza, es un momento que trasciende y permanece transformándose en alegría. Lograr sentir cada uno de los músculos que se mueven, separando las partes del cuerpo que generalmente muevo al mismo tiempo y sin pensar en ellos. Sentir de manera particular los hombros, seguir el ritmo con movimientos circulares de los músculo del tórax que hacen girar el pecho, fluir en la cadencia de los círculos que se marcan con la rotación de las caderas, marcar el arco del pie y sentir el piso en la punta del dedo, girar con los brazos en alto mientras los pies apenas rozan el suelo. Danzo por todo eso pero también porque en la danza, especialmente en la danza oriental, he encontrado salud para mi cuerpo. El ritmo y la coordinación de las distintas partes del cuerpo, la memoria, la corrección de la postura, el fortalecimiento de mis tejidos musculares, sobre todo en la parte del abdomen y la pelvis.

Los dolores pre menstruales desaparecen después de una sesión de baile. Me siento concentrada y conectada con mi centro energético, y definitivamente el estres o la tristeza, enojos o frustraciones desaparecen apenas la música empieza a resonar en mi cuerpo. He aprendido a aceptar y admirar mi cuerpo, me gusto y me gusta sentir como ese placer fluye y se manifiesta en cada momento del día. Me siento hermosa, me siento feliz por lo tanto ¡me ven hermosa! Una belleza que nace del amor a mí misma. He descubierto lo que puede hacer mi cuerpo. La belleza es eterna, no importa la edad que tengas para formar parte de estos maravillosos grupos de danzas femeninas.

Además de todo esto, es hermoso poder disfrutar de la convivencia con otras mujeres que comparten la alegría de danzar, la complicidad de planear presentaciones, pensar en la combinación de colores para nuestros vestuarios, maquillarnos juntas y lograr sincronizar nuestros movimientos en las coreografías.

Por eso bailo, y ese espacio es especial porque es para mí. Me dedico a mí misma, me admiro, veo mis errores y trato de corregirlos, aplaudo mis logros y sonrío y comparto las sonrisas de mis compañeras de baile.

Es por eso que ¡te invito a bailar! Peregrina.

Revival

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Basta una nota para levantar al corazón más abatido. Basta un acorde para que el espíritu retome al cuerpo que había abandonado y renazca en plenitud.

Beats Antiques y su mágica narrativa quimérica, dan una idea de lo que quiero decir…

Voy a dormir, después de haber recargado mi corazón con anhelos y evocaciones.
Peregrina.

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Bronce, movimiento estático

1 Comentario »

 

El bronce inmóvil acompañaba la danza del viento.

 

>Mientras el espíritu de Leonora Carrington se paseaba entre sus máscaras y mágicos embrujos celtas. . .

 

. . . los velos acariciaron su sombra.

 

Me gusta este cuento de Ŷibrān Jalīl Ŷibrān ibn Mijā’īl ibn Sa’d para acompañarlas. 

 Había una vez una bailarina que con sus músicos había arribado a la corte del príncipe de Birkaska.   Admitida en  la corte, bailó ante el príncipe al son del laúd y la flauta y  la cítara.

Bailó la danza de las llamas, y la danza de las espadas y las lanzas; bailó la danza de las estrellas y la danza del espacio. Y, por último, la danza de las flores al viento.

Luego se detuvo ante el trono del príncipe y dobló su cuerpo ante él. Y el príncipe le solicitó que se acercara, y dijo:

Hermosa mujer, hija de la gracia y del encanto, ¿desde cuándo existe tu arte? ¿Y cómo es que dominas todos los elementos con tus ritmos y canciones?

Y la bailarina, inclinándose nuevamente ante el príncipe, dijo: 

Poderosa y agraciada Majestad, desconozco la respuesta a tus preguntas. Sólo esto sé:

el alma del filósofo habita en su cabeza;

el alma del poeta en su corazón; mas,

el alma de la bailarina late en todo su cuerpo.

Crear, recrear, arte en movimiento constante, imaginación que ilumina los espacios más escondidos del espíritu y explota en gritos de expresiva libertad.

Peregrina.

música universal, universo de música

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El silencio absoluto no existe, aún en el rincón más apartado de este mundo, de día, de noche, en invierno o en verano, dormidos o despiertos, siempre existirán sonidos a nuestro alrededor. El oído humano no está preparado para escuchar todas las frecuencias con las que suena el infinito, sin embargo, los sonidos que, por así decirlo, fueron hechos para nosotros los humanos, son tan variados que podríamos pasarnos días enteros pendientes para identificar los ritmos que se generan de ellos.

Todos nacemos bajo la influencia de algún ritmo, desde el latido del corazón de nuestra madre, los sonidos del ambiente en el que ella se desenvolvía y que nos llegaban delicadamente atenuados por el líquido en el que flotábamos… las voces de esa canción de cuna… todo nos va haciendo a su ritmo y nos modela en su cultura, la cultura de la música del universo que nos modela.

En una entrevista que Víctor – M. Amela le hace al músico Néstor Eidler encontré la razón de esta idea que siempre he tenido sobre la música y sus ritmos.

Todo el universo suena, cada uno de nosotros tenemos un sonido, eso que nos hace únicos e irrepetibles. Somos notas de una infinita melodía universal un enjambre de vibraciones creadas por la resonancia del viento solar en la ionosfera de los planetas, lo que Pitágoras llamó la música de las esferas. Sí, cada persona tiene un sonido, un ritmo propio que va marcando a lo largo de su vida, no sólo con los latidos del corazón sino con la fluidez de la vida misma en el el cuerpo, el alma que danza al ritmo de la energía, su propia música. … En la entrevista se lee:«¿En qué parte de mi cuerpo está el alma? Descartes dijo que en la glándula pineal, que hoy sabemos que está conectada con la punta de los pies, con el dedo gordo de los pies: ¡el alma está en el dedo gordo!» & & ¡Claro! ¡Ahora entiendo por qué me encanta la danza!

Nuestra alma está conectada a esas frecuencias y todas nuestras sensaciones y emociones se dan en consecuencia. Somos notas de una melodía infinita, la sinfonía del universo que no deja de tocar nuestros mas variados acordes acomodándolos en la partitura de la creación.

Aquí la entrevista original publicada en La Contra.Las ilustrciones las he tomado del sitio de  Catherina Romanelli

Buscando nuevos acordes, sin desentonar con la melodía que me rodea,
Peregrina.