Carpe diem quam minimum credula postero

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endlessAl ver estas imágenes… fue lo primero que me vino a la mente.  Hoy quiero compartir con quien venga a apoyar sus codos para ver sobre del alféizar de mi ventana, las fotografías del Clark Little un surfista que nació en Oahu, Hawaii y ha decidido que sentir el golpe del agua sobre su cuerpo y disfrutar de la adrenalina que seguramente corre por sus venas en el momento de ser envuelto por los torbellinos de agua y espuma salada, no son suficientes.    Necesitaba compartirlos, necesitaba que tú y yo pudiéramos sentir lo que sus ojos ven en el momento en que su cuerpo recibe toda la energía y la transforma en imagen.

Glitter

El mar está en constante movimiento, cada una de las gotas que forman las olas que estamos disfrutando a través de las imágenes captadas por la singular cámara fotográfica de Clark no han dejado de moverse, de evaporarse y volver a caer como lluvia para fusionarse una vez más con el océano que las salpica una y otra vez… un infinito de líquido y vapor que golpea la arena de Hawaii y de tantas y tantas playas más en el mundo.


Y ahí está un hombre que en su nombre grita el tamaño de la naturaleza humana en el universo “Little”. Ante tanta belleza, ante tanto movimiento, el ser humano es tan solo un granito de arena movido por las olas del tiempo y el espacio.

gold_dustCarpe diem, vive el momento. Siente que no hay mejor instante que este que está pasando por las venas, inundando de vida la existencia. Carpe diem es ver lo que pasa delante de nuestros ojos y atraparlo, aprovecharlo, utilizarlo para ir construyendo nuestro siguiente momento. Quam minimum credula postero, el mañana no es confiable porque no sabemos si existirá… Hoy es el momento para detenernos y disfrutar de cada una de las gotas que salpican nuestra existencia, llenándola de energía creativa.


Hoy, la luz que pasa a través del agua cristalina me ilumina y resalta mis tonos azules

Marlin

Carpe diem,
Peregrina

Visita su página: http://www.clarklittlephotography.com

Cinco sentidos enfocados al despertar: evocación del sabor

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Me deleito con los cinco sentidos, la simple evocación de su esencia me hace sonreír y provoca en mi boca movimientos delicados de mi lengua que lo paladea con la imaginación. ¡Qué delicia despertar poco a poco con el olfato!, mis ojos están aún cerrados y mis oídos comienzan a dejar entrar de manera consciente los sonidos que la mañana tiene para mí. Despertar con su aromaEstirarme suavemente, acariciada por el tibio abrazo de las sábanas que me envuelven y respirar profundamente para disfrutar del aroma que me ha despertado.  Estirar mis brazos…

Ya sea en la cama, sentada a la mesa o de pie, como acostumbran los italianos, los momentos que dedico a este placer han llegado a ser momentos de disfrute sublime… otros, a pesar de que se dan entre las prisas que preceden a las rutinas matutinas, me regalan siempre el deleite de saborearlo, sentirlo, olerlo.

Desde su nacimiento hasta el momento en que llega a nuestros paladares, el café es un regalo que nos da la naturaleza, una joya que adorna los cerros y valles donde se cultiva, alegrando la vista con su multiplicidad de colores. Quienes trabajan en las fincas de café, dejan algo de sí mismos en cada baya que pizcan bajo el sol mientras recorren los cafetales. Días de espera tienen que pasar hasta que la carne de la baya es separada de la semilla que es cribada, pero la criba no es suficiente: cada saco de granos de café verde fue llenado con granos seleccionados a mano… ojos que los miraron y les dieron su aprobación, separándoles de aquellos que no eran adecuados para llegar al final del ciclo.

Cuando un molino compra los sacos de café verde, se transforma en un taller artesanal ya que tostar el café es un arte. No importa que tan bueno sea el café, que tanto se hayan dedicado los campesinos en cuidar las plantas, ni los pizcadores en cribar los granos: si el proceso de tueste no es el correcto, será imposible degustar la bondad del café en plenitud.

Durante este proceso se puede observar como lentamente el grano va aumentando su tamaño mientras su color va tomando tonos caramelo hasta volverse marrón oscuro, brillante. El tostado canela es pálido ácido y con un alto contenido de cafeína. Girando, girando, el calor lo torna tostado medio enriqueciendo su sabor, dejando salir los aceites que liberan el aroma y le dan cuerpo y textura mientras la cantidad de cafeína disminuye. Más tiempo en contacto con el calor, más de 180° C… su tono se oscurece, adquiere las características que le dan la categoría de gourmet: el café ocre oscuro tan amado por los italianos o el tostado francés, el máximo del tueste, de una textura grasienta y de color muy oscuro.

cafe_colombiano

Y después … la mezcla y el molido al momento, justo antes de prepararlo… los granos sueltan todo su aroma y cambian totalmente el ambiente que inundan, preparando al gusto que espera sentir el sabor. Molido normal, fino o finísimo, dependiendo del tipo de cafetera que será usada para prepararlo.

Nuestros antepasados gustaban de masticar los granos (por cierto, que delicioso es masticar un grano de café flotando en el licor de anis) hasta que los árabes en los tiempos medievales lo utilizaron como una infusión. La primera cafetería fue abierta por los turcos en Constantinopla en 1554 pero no fue hasta finales del siglo XVIII cuando llegó a conquistar Europa.

El café espresso o expreso es sin duda el tipo de café que más se asocia con Italia. La singular máquina fue patentada en Londres en 1822. Esta máquina aumenta la presión del vapor, lo que acelera la preparación, da un sabor con más cuerpo, más aroma y le da una apariencia cremosa y aterciopelada. Pero en casa italiana no falta la “Moka Express” inventada por Alfonso Bialetti en 1933, nombre internacional relacionado con la preparación de café en una jarrita octagonal con estilo Art Déco.

En Turquía, Grecia y otros países del Medio Oriente y los Balcanes, el llamado café turco se prepara en cafeteras de bronce y cobre, una vez que el agua hierve se le agrega el café finamente molido, se bate hasta que forma una espuma repitiendo por 3 veces hasta que adquiere su característico cuerpo espeso.

Y por último el café americano… ligero, claro, con sabor y aroma suave y sin cuerpo… como un amante apresurado.

Para empezar el día, una mañana negra y amarga… aromatizada, sensualmente cálida.

Un beso con sabor de café,
Peregrina.

Combinación de talentos: Alessandro Baricco ~ Giuseppe Tornatore ~ Ennio Morricone ~ Tim Roth

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Alessandro Baricco tiene un estilo fresco y original que hace de cada una de sus delgadas obras, creaciones profundas e inolvidables. En su libro “Novecento” nos regala un monólogo que narra, desde la perspectiva de tres personas que hablan con una sola voz, la historia que en la película “La leyenda del pianista en el océano” Giuseppe Tornatore convierte en ricos diálogos que se desarrollan en la elegancia del trasatlántico The Virginian durante los años veinte.    Entre luces tenues, las composiciones de Ennio Morricone le dan vida a la fantasía musical de Baricco, quien deposita buena parte del encanto de la leyenda en los dedos de Danny Boodmann T.D. Lemon Nineteen Hundred, un prodigioso pianista nacido en el mar y decidido a morir en él sin jamás pisar tierra.


“The Legend of 1900″, es una película que se desarrolla desde un gran escenario: el mar.   La-leyenda-del-pianista-en-el-oceano Son pocos los personajes principales y mucha la música, un jazz intenso, penetrante, acelerado que es tocado vehementemente por el pianista del océano.    Tim Roth despliega lo mejor de sí en una interpretación que nos permite conocer el corazón tierno y genuino de Danny, en quien se mezclan, con medida perfecta, una ingenuidad cándida y un realismo capaz de dejar sin argumentos a quienes le increpan por su negativa a convertirse en un “terrestre” más.    A la historia cinematográfica sin duda ya ha pasado el dramático y a la vez hilarante duelo pianístico entre Mil novecientos y Jelly Roll Morton, el pianista que se jactaba de haber inventado el jazz y que recibe una gran lección de humildad, encarnado por el impecable Clarence Williams III.


Es una de las películas más profundas que he visto últimamente. Además de la genialidad musical que se despliega a lo largo de la historia y la belleza de la fotografía que enmarca las diferencias sociales entre la gente que viaja por placer en primera clase y los inmigrantes de tercera clase que buscan el sueño americano, los momentos que van tejiendo la vida del protagonista marcan puntos de referencia importantes para cualquiera que se plantee tomar una decisión. Después de todo, a esta vida venimos precisamente a tomar decisiones.  Siempre un riesgo cuyas consecuencias nos llevan a nuevos puntos desde los que será necesario escoger otros caminos.  Vamos aprendiendo a elegir las opciones de acuerdo con los resultados obtenidos; después de todo, creo yo, la razón de estas bifurcaciones en nuestra vida es precisamente el aprender a intuir, a ver más allá de la decisión tomada, es volvernos reflexivos, la vida nos enseña a ser introspectivos mientras tomamos decisiones.   ¿Qué pasa cuando no se tiene puntos de referencia? ¿Hasta qué punto se puede llegar cuando se vive en circunstancias limitadas?


El pianista necesita tomar una decisión: bajar del barco o no. Bajar significa abrir una historia en pos de un beso robado, dejando atrás la sensación de seguridad que le produce vivir en una nave, más bien su mundo, del cual conoce su principio y su fin, muy por el contrario del mundo que le espera al terminar la pasarela de descenso. Quedarse le da la seguridad de vivir sin riesgos, sin perderse en el universo real e infinito del mundo desconocido. Giuseppe Tornatore, lleva como director un ritmo sin prisas que permite conocer cálidas intimidades de la historia y no deja decaer el interés, pues con mano de seda centra las expectativas del espectador en la suerte de Mil novecientos ante las circunstancias que le plantean nuevos horizontes.

“Io sono nato su questa nave. E qui il mondo passava, ma a duemila persone per volta. E di desideri ce n’erano anche qui, ma non più di quelli che ci potevano stare tra una prua e una poppa. Suonavi la tua felicità, su una tastiera che non era infinita.Io ho imparato così. La terra, quella è una nave troppo grande per me. È un viaggio troppo lungo. È una donna troppo bella. È un profumo troppo forte. È una musica che non so suonare. Perdonatemi. Ma io non scenderò. Lasciatemi tornare indietro.”


Encuentro bellísima esta parte decisiva en la película… la pongo en italiano, el idioma original en el que fue pensada por Alessandro Baricco. Quien ya la vio o leyó el libro sabrá el por qué de las frases. Si no es así… entonces tal vez nazca la curiosidad de leer el libro o ver la película… ¡o ambas cosas!


Desde un lugar cercano al mar aprendiendo a tomar decisiones,
Peregrina.

Equinoccio en Saturno

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El tiempo medido según nuestro tieimpo resulta completamente atemporal si lo comparamos con el tiempo visto desde Saturno, por ejemplo:  365 días para la Tierra corresponden a 10,585 días para Saturno.  Para tener un equinoccio en la Tierra esperamos seis meses  para disfrutar de espectáculos en algunas partes del mundo que ocurren durante el cénit.  Hay quien hace excursiones en marzo y septiembre para ver descender la sombra de Quetzalcoatl desde lo alto de la pirámide de Chichenitzá por ejemplo.


Hoy es día de equinoccio en Saturno.  A diferencia de nuestros ciclos de 6 meses para tener un equinoccio, en Saturno hay que esperar 15 años para poder observar el fenómeno que causan los rayos del sol al caer perpendicularmente sobre los anillos de uno de los gigantes de nuestro universo conocido.  ¡Se vuelven invisibles!


Para los que podrán observar la desaparición de los anillos de Saturno esta noche será un espectáculo para festejar, tal vez con alguna danza, cantos o besando al ser amado que esté cercano.Saturno visto por Cassini

Los anillos de Saturno están compuestos por hielo, lunas diminutas, barro y rocas. Miden unos 300.000 kilómetros de ancho, pero son muy delgados: su espesor es de apenas unos diez metros… ¡diez metros para nosotros en la infinita inmensidad del universo es tan delgado o más que una hoja de papel! Por lo que al recibir la luz solar directamente sobre sus bordes se vuelven invisibles al ojo humano-telescópico.   Los astrónomos podrán estudiar al planeta sin la capa brumosa que interfiere regularmente… los amantes del cielo podrán participar de una joya del universo: El equinoccio en Saturno.

Pero si no tenemos la fortuna de contar con un telescopio o si nuestro cielo está muy nublado esta noche, la Sonda Cassini, que está estudiando los alrededores de ese planeta, seguramente nos deleitará con fotografías espectaculares como esta.

Mirando el tiempo desde otro tiempo,

Peregrina.

Dos joyas azules muy azules

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Dos de mis lugares favoritos en el mundo.

grotta azzurraHace ya algunos años entré en la Grotta Azzurra, en Capri, Italia.  Fue una sorpresa bellísima ver el agua azul, tan azul en medio de la obscuridad de la cueva que se abre apenas lo suficiente para que los botes puedan pasar.  Mágicamente, los rayos entran por la pequeña abertura y reflejan desde el agua hacia la parte superior de la gruta, creando el ambiente más azul en el que he estado inmersa.

Hace unos días, mis ojos recibieron la dulzura azul celeste de lasCascadas de Agua Azul Cascadas de Agua Azul en Chiapas, México… un lugar deliciosamente hermoso en donde el agua cristalina baja por cascadas que resbalan acariciando las rocas lisas, muy lisas y se pinta de cielo en las pozas que invitan a refrescarse.


Dos joyas azules… muy azules.

Hoy me siento azul,
Peregrina.

agosto 10th 2009 Joyas de todos los días

Luna de Agosto

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Viviendo en una ciudad rodeada de comodidades a las que ya ni siquiera hago caso porque son tan cotidianas que la magia que precede y prosigue al simple hecho de encender una luz apretando un botoncito o abrir el grifo del agua y lavarme las manos se vuelve una acción banal.  No quiero que mi vida sea una enramada de sucesos vanos.  Quiero ver lo que hay detrás de cada uno, quiero darle sentido a la cotidianidad.

Cada mes desde que abrí esta ventana he estado escribiendo sobre los nombres que nuestros ancestros le dieron a la luna llena  tratando de imaginar el por qué de cada uno de sus nombres, la forma en la que la gente -o quizás un sabio anciano de alguna lejana tribu- se inspiró para nombrar a la luna mes tras mes, muy probablemente sin saber que en alguna parte del mundo desconocido para ellos alguien más estaba nombrando a la misma luna de manera diferente, de acuerdo a su propia inspiración y vivencia.

Esta luna llena de agosto ha sido muy especial para mi porque empecé a seguir sus rayos a medida que crecía observando paisajes diferentes, viendo a gente con costumbres muy distintas a las mías. Gente para la que lavarse las manos es la culminación de varias tareas porque el agua corre libremente en el río que queda a muchos metros montaña abajo entre rocas y fango… Cuando regresan a casa, lavarse las manos es algo absolutamente innecesario cuando el cuerpo entero está completamente inundado en la naturaleza que los rodea. La luz viene del sol, del fuego, de la Madre Luna que ilumina las selvas y los bosques y transforma la noche en un espacio mágico de sombras y colores distintos a los del día.


Al mirar los campos de sorgo empezando a sazonar coloreando de bronce a las verdes colinas en las que crece; viendo como las milpas bailan al ritmo del viento mientras muestran sus pequeñas mazorcas que empiezan a tomar forma, entiendo por qué llamaron Luna del Grano Verde a la luna de agosto. Cuando escuché la fuerza de la lluvia mientras los truenos alababan la intensidad de la luminosidad del rayo que partía las nubes grises en medio de un cañón de rocas rosadas fue fácil adivinar que la luna de agosto es la Luna de Relámpago.


Conectarme con el ciclo de la luna es, más que gozar de su esplendor y admirar el cielo en el que comparte el espacio con tantas y tantas estrellas que a pesar de ser infinitamente más luminosas por luz propia, vienen opacadas ante su brillante blancura. Seguir el ciclo de la luna es seguir mi propio ciclo, cambiante y la misma, es darme cuenta de que en este universo maravilloso, mi observación se une a la de otros seres y la admiración es compartida en este tiempo desde otros espacios.

Un beso a la luna de agosto


Besé a Luna en agosto,
Peregrina.