Combinación de talentos: Alessandro Baricco ~ Giuseppe Tornatore ~ Ennio Morricone ~ Tim Roth

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Alessandro Baricco tiene un estilo fresco y original que hace de cada una de sus delgadas obras, creaciones profundas e inolvidables. En su libro “Novecento” nos regala un monólogo que narra, desde la perspectiva de tres personas que hablan con una sola voz, la historia que en la película “La leyenda del pianista en el océano” Giuseppe Tornatore convierte en ricos diálogos que se desarrollan en la elegancia del trasatlántico The Virginian durante los años veinte.    Entre luces tenues, las composiciones de Ennio Morricone le dan vida a la fantasía musical de Baricco, quien deposita buena parte del encanto de la leyenda en los dedos de Danny Boodmann T.D. Lemon Nineteen Hundred, un prodigioso pianista nacido en el mar y decidido a morir en él sin jamás pisar tierra.


“The Legend of 1900″, es una película que se desarrolla desde un gran escenario: el mar.   La-leyenda-del-pianista-en-el-oceano Son pocos los personajes principales y mucha la música, un jazz intenso, penetrante, acelerado que es tocado vehementemente por el pianista del océano.    Tim Roth despliega lo mejor de sí en una interpretación que nos permite conocer el corazón tierno y genuino de Danny, en quien se mezclan, con medida perfecta, una ingenuidad cándida y un realismo capaz de dejar sin argumentos a quienes le increpan por su negativa a convertirse en un “terrestre” más.    A la historia cinematográfica sin duda ya ha pasado el dramático y a la vez hilarante duelo pianístico entre Mil novecientos y Jelly Roll Morton, el pianista que se jactaba de haber inventado el jazz y que recibe una gran lección de humildad, encarnado por el impecable Clarence Williams III.


Es una de las películas más profundas que he visto últimamente. Además de la genialidad musical que se despliega a lo largo de la historia y la belleza de la fotografía que enmarca las diferencias sociales entre la gente que viaja por placer en primera clase y los inmigrantes de tercera clase que buscan el sueño americano, los momentos que van tejiendo la vida del protagonista marcan puntos de referencia importantes para cualquiera que se plantee tomar una decisión. Después de todo, a esta vida venimos precisamente a tomar decisiones.  Siempre un riesgo cuyas consecuencias nos llevan a nuevos puntos desde los que será necesario escoger otros caminos.  Vamos aprendiendo a elegir las opciones de acuerdo con los resultados obtenidos; después de todo, creo yo, la razón de estas bifurcaciones en nuestra vida es precisamente el aprender a intuir, a ver más allá de la decisión tomada, es volvernos reflexivos, la vida nos enseña a ser introspectivos mientras tomamos decisiones.   ¿Qué pasa cuando no se tiene puntos de referencia? ¿Hasta qué punto se puede llegar cuando se vive en circunstancias limitadas?


El pianista necesita tomar una decisión: bajar del barco o no. Bajar significa abrir una historia en pos de un beso robado, dejando atrás la sensación de seguridad que le produce vivir en una nave, más bien su mundo, del cual conoce su principio y su fin, muy por el contrario del mundo que le espera al terminar la pasarela de descenso. Quedarse le da la seguridad de vivir sin riesgos, sin perderse en el universo real e infinito del mundo desconocido. Giuseppe Tornatore, lleva como director un ritmo sin prisas que permite conocer cálidas intimidades de la historia y no deja decaer el interés, pues con mano de seda centra las expectativas del espectador en la suerte de Mil novecientos ante las circunstancias que le plantean nuevos horizontes.

“Io sono nato su questa nave. E qui il mondo passava, ma a duemila persone per volta. E di desideri ce n’erano anche qui, ma non più di quelli che ci potevano stare tra una prua e una poppa. Suonavi la tua felicità, su una tastiera che non era infinita.Io ho imparato così. La terra, quella è una nave troppo grande per me. È un viaggio troppo lungo. È una donna troppo bella. È un profumo troppo forte. È una musica che non so suonare. Perdonatemi. Ma io non scenderò. Lasciatemi tornare indietro.”


Encuentro bellísima esta parte decisiva en la película… la pongo en italiano, el idioma original en el que fue pensada por Alessandro Baricco. Quien ya la vio o leyó el libro sabrá el por qué de las frases. Si no es así… entonces tal vez nazca la curiosidad de leer el libro o ver la película… ¡o ambas cosas!


Desde un lugar cercano al mar aprendiendo a tomar decisiones,
Peregrina.