ideas revoloteando

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Las palabras son la configuración acústica de las ideas, esas que son claras y precisas, las alegres y cándidas que componen sinfonías emulando sonrisas… O las furiosas y desalentadoras que no pueden seguir esperando para ser gritadas y arrasar con cualquier aliento esperanzador que las pudiera detener… Las desinteresadas, verdaderas o falsas, inteligentes o mansas… palabras y más palabras que se pronuncian en lenguas tan distintas, por todas partes… sonidos que se repiten y retoman vuelos con melodías cambiadas, o no se escuchan y siguen volando disparatadas, o bien se comprenden y se guardan en cajitas que la mente captura en miniatura, o se entierran porque hieren.

Hay otras ideas que, de tanto ser cantadas, cansan, empalagan o fastidian y la mente voltea hacia otra fuente de donde borboten ideas frescas, palabras nuevas.

Pero no todas las ideas cantan canciones audibles. Hay ideas que se vuelven letras, salen en silencio y viajan en aviones de papel invisible, entre redes que las atrapan sin quedárselas, como mariposas que se escapan y vuelan silenciosas. Ideas que no hacen ruido y llegan como susurro, no a oídos, sino a ojos distraídos que las miran sin ver y las toman o las dejan ir… Ideas que comunican silencios ruidosos o pasan códigos de secretos que desean ser absueltos y liberados.

Amo las ideas que nunca escapan, esas se quedan para recrearse con la mente que las crea y hacen amores e inventan más ideas…

¿Cuántas ideas por cada palabra? ¿Cuántas palabras para una idea?
Peregrina

Imagen: Brooke Shaden