Breve pesadilla

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De repente todo se fue desvaneciendo,
como la neblina en un la madrugada,
como el aliento en un suspiro.

Los sabores amargos se aprecian más con el paso de los años.

También las fantasías toman matices obscuros de tonos refulgentes,
súbitamente
el fuego se hace frío y el agua tiene profundidades infinitamene invitantes.

Tirarse a la hoguera …
imaginar la última burbuja de aire que sube desde el abismo.

Perderse entre los desconocidos
que conocieron la tibieza de la vida,

Sentir un rítmico y ligero palpitar dentro el pecho,
pero por poco…

Al final,
las lagrimas no alcanzarán a lavar el carmesí que matiza la piel,
de ese color se evapora el último respiro,
un suspiro.

Me despertó el frío que hacía tiritar mi cuerpo.
Mi respiración era cálida…
Todavía.

Mis ojos los miraron… Peregrina.

«Abusos. Familias Migrantes de la Frontera Sur». Esculturas del artista oaxaqueño Alejandro Santiag. Un sueño me vino en mente al mirar parte de las 2501 estatuas de barro, tendidas frente al Templo de Santo Domingo en Oaxaca, México.