Jitanjáfora

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Aclamada mas sin desear saltar de una mente a la otra, anhelando silenciar toda clase de murmullos nocturnos.  Recita fuerte y clara tu poesía, jitanjáfora gritada por el alma que en desasosiego se queda, silenciosa en el grito. Muda en la calma.

Barbaridades terrenales, sincronías celestiales. Antes y después, como una luz que se rescata en el parhelio. Buscar un subterfugio ante la situación que contundente se planta frente al pensamiento. Nada… queda nada… Brillante y obscura en su total ser, que es nada.

Ambigüedad que alucina entre una muchedumbre que corre hacia la ola regalada por el océano, iluminada por los rayos del sol que se despide de la arena marcada por las pisadas de quienes desaparecerán, antes o después, pero todas sin excepción.

¿Qué es, oh dulce sabor de la gota salada que el mar me regala, este deseo que trémulo me invade, sin precisar me deleita y acaricia el recuerdo en una suave remembranza?

Nada … que de todos modos, la nada es lo más parecido a la eternidad.

diciembre 28th 2016 Joyas de todos los días

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