Tarab, el éxtasis en la música

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En la cultura árabe, la fusión entre la música y la transformación emocional se resume en el concepto de tarab, que no tiene un equivalente exacto, por lo que no se puede taducir.

Definir una palabra no siempre es suficiente para expresar la esencia de un concepto.

Tarab en árabe, es un estado de éxtasis y sumisión en el que uno entra, mientras escucha con cuerpo y alma, la música.

Por allá del 1798, Guillaume Andre Villoteau se hizo acompañar por un equipo de estudiantes de la música en una misión encomendada por Napoleón a Egipto, su trabajo consistía en observar y explicar las diferencias de la música oriental y occidental. Entre las principales diferencias, Villoteau observó que la música árabe evocaba fuertes emociones que transmitían a quienes la escuchaban, manipulando sus sentimientos. Notó que con gran facilidad los escuchas podían entrar en estados de trance o meditación.

Después de treinta y cinco años, el escritor árabe Ahmad Faris Al-Shidyaqen viajó a Europa y entonces trató de explicar la misma diferencia, por lo que en sus escritos plasmó la forma especial en la que el público reaccionaba ante la música occidental. Llegó a la concluisión de que la música occidental era más adecuada para representar imágenes y conceptos, mientras que la música árabe tendía a dibujar una emoción.

Y buen, eso es el Tarab. No es el estilo de música, sino la escencia de la emoción que produce la música. El éxtasis que se origina al escucharla.

Bailar tarab, es bailar el sentimiento, la emoción, la escencia más pura de la música. En alguna ocasión, un percusionista les preguntó a un grupo de bailarinas de danza árabe que tomaban un curso de ritmos que él impartía: ¿Bailan tarab? Todas se quedaron con una expresión de duda en sus rostros.

No sabían qué significaba tarab.

Danzando, Peregrina.

La bailadora

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Un poema de José Juan Tablada

 

 

¡Ardores, aromas y ritmos mantienes

en plural encanto y en prestigio vario,

y ardes y perfumas, en lentos vaivenes,

como un incensario!

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Peregrina.

Mujeres, sin flores por favor

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«No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino.»  Simone De Beauvoir

Tenemos tan mal entendido el verdadero sentido del Día Internacional de la Mujer. Se regalan flores, se dan felicitaciones, el mundo se pinta de rosado y se dan tarjetas y se invita a cenar a la amada, esposa, amiga o amante que sea. Pero, ¿es ese el verdadero sentido del día?

Como sociedad se nos olvida que lo que debemos gritar al mundo es «Alto a la violencia contra las mujeres» Una cena, un ramo de rosas, un abrazo dado a quien se ama sólo porque el calendario lo marca … ¿y por qué no ayer, y por qué no mañana? si la mujer que se da todos los días en la totaidad de su género femenino: cuerpo y alma

Vivimos en una sociedad que «celebra» con restaurantes llenos y florerías ya sin flores a esta hora (bueno, los comerciantes lo agradecen enormemente, por supuesto)  la gente va festejando el día de la mujer, cuando cada segundo aumentan los números de las listas de:

las muertas de Juárez,
las niñas-esposas suicidas,
las musulmanas azotadas,
las africanas mutiladas,
las colombianas quemadas con ácido,
las prostitutas europeas altamente cotizadas,
las tahilandesas complacientes

… ¡¡¡ la lista es interminable !!!

Por eso, hoy, sin flores por favor. Con respeto, con el verdadero significado del Día Internacional de la Mujer de este año 2013 «Promesas son promesas: Tiempo de actuar para detener la violencia contra las mujeres»

Empecemos por nosotras mismas. Comencemos por aceptarnos tal como somos, dejemos de seguir los absurdos paradigmas dictados por los hombres que nos obligan a seguir modas incómodas, tratamientos médicos dolorosos, dietas esclavizantes, rutinas denigrantes.

Somos vida, damos vida. Debemos creer en nuestra esencia que es absoluta y perfectamente divina. No somos divas, somos mujeres. Somos seres perfectos, complemento magnífico del hombre que se crea y se recrea en nuestros vientres, para ser Ser Humano, hermoso reflejo de lo divino en lo humano.

Mujer, Peregrina.

marzo 8th 2013 Joyas de todos los días

Miradas que pierden el brillo

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Ser maestra es una profesión muy hermosa, cada día que vivo cerca de los niños es un regalo de eternidad, una oportunidad de aprender, reaprender y desaprender.

Sin embargo, también tiene sus lados tristes, porque me enfrento directamente a la naturaleza humana en su forma más pura y genuina. Esa naturaleza que no siempre es tan ingenua, que no siempre es tan dulce, que no siempre es tan luminosa ni cándida.

Veo a tantos personajes de la vida cotidiana, adultos frustrados, malvados, conflictivos, desangelados, grises o ¡negros! y, al estar estar cerca de niños que tienen una infancia con carencias afectivas y excesos permitidos por la opulencia en la que viven sus familias por el placer de demostrar el poder que se han ganado en la sociedad, es fácil comparar, predecir, imaginar… y da miedo enfrentar la realidad que se manifiesta en los encabezados de los diarios de cada pueblo, pequeño o grande que sea.

¿Qué infancia habrá tenido una mujer del tipo «La chica del dragón tatuado»?

Cuando las actidudes de una criatura van de la luz a las tinieblas y me toca estar en medio de sus infiernos, lo único que me nace es abrazarla fuertemente y pedir sabiduría para manejar el momento.

Breves espacios en los que una maestra nada contra corriente y lo ganado se pierde en cuanto la personita entra al auto y un iPad le espera ante la innanimada madre que atiende el celular…

Pero son muchos más los ojitos que brillan con luz verdadera.   Afrotunadamente, todavía…

Peregrina.

marzo 6th 2013 Joyas de todos los días