Hace unas semanas visité la exposición de Sergio Guerra, un fotógrafo brasileño que convivió con los Hereros, etnia angoleña que vive en la inmensidad de las tierras áridas sin que nunca el agua lave su piel que siempre está delicadamente protegida por aceites y fango. Seres que respetan inmensamente a cada ser que len rodea, porque saben que de ellos depende su propia vida. La familia es el centro de su comunidad. Cuando un bebé nace, tres mujeres lo acompañan y en el momento que su cuerpo toca la tierra con la que lo limpiarán sabe que nunca estará solo…
Las imágenes captadas por la lente de Sergio Guerra, me conmovieron profundamente tocando mis sentidos con los tonos ocre que enmarcan las miradas profundas, sencillas y amorosas de cada uno de los rostros que invitan a conocerlos, a saber cuál es el secreto de esa paz que se encierra en la comisura de sus bocas.
«Somos un pueblo que ha recorrido un largo camino. Nuestras raíces vienen del Pueblo Muherero, llamados ahora Hereros. Todos nosotros venimos de un solo lugar y hemos cruzado muchas regiones. Pasamos por Botsuana y por Namibia y llegamos a Angola. Somos una familia. Con nosotros, llevamos nuestra Tradición, que es lo más importante. Que es el fin de todo.
¿En la vida?
Queremos bueyes. Queremos que caiga la lluvia, para que éstos sobrevivan. Me preocupa mi padre, quien me dio bueyes para que los criara, y mi madre, que me nació.
Dormimos y amanece. Ordeñamos la leche, nos llevamos a los bueyes del corral al capim (pasto) y nos vamos a pastorear. Le damos agua al ganado, volvemos al sambo (aldea) y arreglamos las cercas. Dejamos que mamen los cabritos y volvemos a sacar leche. Anochece. Cuando vuelve a amanecer, todo se repite.
Encendemos el fuego todos los días, por la mañana y por la noche. No sólo para cocinar, sino también para nuestro bienestar. Nos dedicamos mucho a los animales. Son ellos lo más valioso que poseemos, éste conocimiento lo encontramos en nuestros antepasados. Son lo que nos permite vivir, nuestra fábrica. Nuestra vida.
Para que todos estemos a gusto, le damos un buey a una persona de nuestra familia. Si algún día hay un problema en nuestro sambo , nos dirigimos a aquella persona a la que le dimos el buey. Es como un banco, así funciona nuestro “dinero”. La riqueza, si está siempre en las mismas manos, se gasta muy rápido. Si tenemos a todos los bueyes en un sólo sambo y aparece una enfermedad, puede acabarse todo. Por ello, debe distribuirse entre amigos, nietos, sobrinos e hijos. Es por ello por lo que no se acaban, aquí, los bueyes.
Pero cuando no cae la lluvia, tenemos que ayudar a aquellos que tienen mayor necesidad. Hoy somos ricos porque nos ayudamos los unos a los otros. Quien no tiene nada que comer, debe pedirle ayuda al prójimo. Traer a sus animales al capim del otro, para salvarlos… Nunca debemos expulsar a alguien de nuestro sitio si esa persona necesita ayuda. Cuando llegue la lluvia, ella volverá a su aldea.
Con nuestros corazones, pensamos que cuando hay lluvia ocurren todas las cosas buenas que queremos: nuestro corazón se sosiega. Es, la lluvia, lo principal de nuestra vida. Nos permite salir de aquí e irnos allá arriba a cultivar. Tener maíz, frutos silvestres y capim para nuestros animales.
Este nuevo tiempo está cambiándonos, sin control, y a nosotros nos gusta nuestra Tradición.
Cuando se habla del desarrollo de un pueblo, nuestros hijos creen que eso significa ponerse ropa y comprarse coches. Lo cual es abandonar la Tradición. Si no estamos atentos, si no sabemos hablar con ellos, podemos perderla.
Nosotros enseñamos la Tradición y los niños la miran como si se tratara de cuentos. Quizá, cuando vayan a la escuela, acaben sabiendo más que nosotros. Pero quien es educado en la escuela no dejará la Tradición, no va a abandonar su origen.
Me paso todo el día cortando madera para construir una escuela para mi Pueblo. Quiero hacer que mi tierra tenga otra conciencia. La gente de aquí, aunque no haya estudiado, entiende las cosas. Aquí, por ejemplo, no hay malhechores que matan a la gente o ladrones que matan para robar.
En nuestra Tradición, nunca abandonamos a nuestra familia.»
Este es un video realizado por el mismo Sergio Guerra que comparte textos e imágenes, estáticas y en movimiento que transportan hasta ese lugar en el mundo en donde viven los Hereros … Hay gente buena en el mundo … mucha gente buena…Hereros Angola
Peregrina.