Nasreddin es un personaje mítico de la tradición popular Sufí. Hoy quiero traer una de sus historias, palabras pronunciadas en los siglos XIII o XV contadas en la Península Anatolia… Tiempos lejanos, cuentos actuales para conmemorar el día de la mujer, para todas las mujeres perfectas por el simple hecho de estar vivas.
Nasreddin conversaba con un amigo.
– Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte?
– Sí pensé -respondió Nasreddin.
-En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.
Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.
Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.
– ¿Y por qué no te casaste con ella?
– ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.
«Cuando abro mis ojos al mundo exterior,
me siento como una gota de agua en el océano;
pero cuando cierro mis ojos y miro interiormente,
veo el universo completo como una burbuja
levantándose en el océano de mi corazón.»
Hazrat Inayat Khan
«La Sinfonía Divina»
Al Sufismo o Tasawwuf se le conoce como el Camino del Amor o del Corazón, ya que significa «pureza y sabiduría». Un sufi vive con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo.
El sufismo pretende experimentar la vida holísticamente. Parte del sentido que todo responde a un único plan en el universo de acuerdo a leyes fundamentales en donde el espíritu y su trascendencia es lo más significativo que existe en el ser humano.
En esa conciencia, celebro el día de la mujer pensando en todas aquellas que viven luchando por ser respetadas y tratadas con dignidad.
Peregrina.