Cuando una guitarra trina en las manos de un buen tocador

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Hay música que me encanta, instrumentos que me ponen a soñar, que me transportan a lugares que puedo imaginar con el pensamiento y siento con el corazón. Sensaciones que me dan la certeza de haber vivido algo especial antes con esos sonidos… o unos parecidos… vidas pasadas o deseos de momentos de vida futura… Con la música todo puede suceder.

Ese es el caso de “Guitarra” una pieza que Madredeus interpreta con genial dulzura y delicadeza. La mezcla de las cuerdas, el movimiento ondulatorio del acordeón que va y viene acompañando la voz tan delicada con acento metálico, cuerdas vocales que acompañan a las cuerdas del chelo que sensualmente se deja acariciar mientras reposa entre las piernas del artista.

Hubo una época en la que “Guitarra” me tomaba entre sus notas y me transportaba a lugares sin muros, sin colores predeterminados, sin olores como volando entre el viento brumoso.

Ahora, cada vez que la escucho, dentro de mí suena una voz que dulcemente me dice   “¿Puedes oirlas, puedes oirlas anidando?»

Y me transformo en el chelo que reposa entre las piernas del artista y se deja acariciar, fundiéndose en la melodía.

 

Dale pausa al iPod que está en la columna de la derecha para que puedas apreciar el video.

Quando uma guitarra trina
Nas mãos de um bom tocador
A própria guitarra ensina
A cantar seja quem for
Eu quero que o meu caixão
Tenha uma forma bizarra
A forma de um coração
A forma de uma guitarra
Guitarra, guitarra querida
Eu venho chorar contigo
Sinto mais suave a vida
Quando tu choras comigo

Ainda,

Peregrina.