Tiempo de vacaciones, tiempo de cambiar de actividades, ir de viaje e inventarse aventuras.

Me gusta fotografiar las nubes cuando estoy en el avión, no siempre son buenas las fotos, simplemente son parte del conjunto de regalos que me doy en cada paseo, imágenes que encierran la emoción del momento, las que me cuentan historias y de las que extraigo fantasías y sueños.

Viajar es una de las actividades que más me emocionan, ya sea que vaya a conocer una nueva ciudad, o regrese a lugares visitados anteriormente, la idea de salir de casa y pasar algunos días fuera de la rutina me alegran sobre manera.

¡Tantas formas de descubrir paisajes! Aquí les regalo estas fotos que tome desde la ventanilla del avión mientras me acercaba a la Ciudad de México, en el momento en el que las nubes me permitieron entrever los picos nevados de las montañas que anuncian la llegada al destino: Popocatepetl e Ixtlacíhuatl, ya sus nombres suenan mágicos.

Podría elegir una de las mil leyendas que hay sobre ellos pero definitivamente, la más encantadora de todas es la que cada persona se inventa en el momento en que descubre sus siluetas en el horizonte.

Bellezas de la naturaleza que se despliegan ante nuestros ojos cuando viajamos… ¡Hay tanto por ver en nuestro mundo!

Peregrina.