Del sánscrito kárman que significa ‘acción’. Proviene de la raíz kri: ‘hacer’

Somos energía, y todo lo que nos rodea es generado por la energía y a su vez manifiesta energía. Siendo energía, producimos energía. El karma es precisamente energía metafísica (invisible e inmensurable) proveniente de nuestros actos. Energía, energía, energia…

En todas las religiones, cualquiera que sea su nombre, Dios es la Energía Central que crea y en la cual se recrean todas las criaturas, por lo tanto se reconoce su infinita justicia y perfección. Partiendo de este punto, la Justicia Divina, algunas religiones se basan en el karma para explicar el por qué de lo miserable de algunas vidas en contraste con lo magnificente de otras.

De acuerdo con algunas religiones orientales, el Karma que se deriva de los actos de las personas se manifiesta en la reencarnación. En las vida sucesivas se da una evolución o involución, dependiendo de lo que se vaya creando en el presente, consecuencia de la cadena de actos realizados. Sin embargo, no es necesario esperar hasta la próxima vida para recibir los frutos de nuestros actos, basta poner un poco de atención a lo que nos sucede en este preciso momento para darnos cuenta de que es la retribución a un hecho realizado anteriormente, sin importar el tiempo, pueden haber pasado minutos o años, eso no importa, la consecuencia llega tarde o temprano.

Sin más que explicar, les obsequio este clip de video que nos muestra en menos de un minuto la ley cósmica de retribución, o bien, de causa y efecto.

Dale pausa al iPod que está en la columna derecha para que puedas apreciar mejor el video.