Dejando el pecado a un lado

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Para borrar el pecado original, para salvarnos del pecado, siete picos porque son siete pecados capitales… Pecado, pecado, pecado.  Si te portas mal no tienes regalos, si eres malo, si eres malo, si eres malo. ¡Qué miedo ser  malo!  Y, ¿de verdad soy tan malo? 

Ya estuvo bueno de tantos pecados.   Ni de siete picos, ni de pecados, ni de virtudes que contrarresten los pecados.  Amor, simplemente amor.  Amor sincero, amor natural, amor humano, amor que sólo hay uno:  Amor.

Propongo una piñata morada, el color de la profundidad, de la que se desborde el amor. Propongo portarse ni bien ni mal, sino como el corazón lo dicte, actuar siguiendo su susurro, mirar sólo a través del amor, sin juzgar los actos de los demás.  Amar incondicionalmente, sin pensar en la actitud del otro, sin esperar ninguna retribución.  Simplemente gozar en el momento de actuar.   No pensar en no pecar, sino amar y actuar en consecuencia.

Sí. Es más fácil romper la piñata de siete pecados, esperando que de ella salgan las virtudes, antes de actuar en consciencia, por amor, con amor, para el amor.

Pues, vamos a intentarlo, ¿no?
Peregrina.

 

3 Responses to “Dejando el pecado a un lado”

  1. Carla Says:

    Sí, vamos a intentarlo…
    Excelente post!

  2. Roxanna Says:

    Buen punto. No había pensado en esto desde ese punto de vista. 🙂

  3. chavita_214 Says:

    Hola excelente piñata y excelente reflexión, esta padrisima la idea de la piñatita jijijiji puedo robarte tu idea y hacerla? jeje…