Muchas son las intenciones que le pongo a mi caminar cada día. Muchos más los pensamientos que me pasan por la mente, incontables los que me sacan del centro y me hacen desenfocar mi atención de esa intención primera.
Si la clave para que pueda desarrollar mi consciencia es el «aquí» y el «ahora», entonces me doy cuenta que soy un ser vasto y multidimensional con capacidades infinitas. No existe el «tiempo» en el concepto expandido del universo porque cada persona es capaz de proyectar la conciencia a cualquier ubicación deseada en el tiempo y el espacio, partiendo del «aquí y ahora». Si enfoco mi energía al momento presente, entonces puedo hacer que suceda esa intención primera y de ahí, otras más pueden seguir surgiendo.
Aquí y ahora… pisando con decisión sin dejar de volar.
(De Trastevere al centro)
Peregrina.
abril 13th, 2010 at 20:38
Es verdad. Cuando somos capaces de ubicarnos en la línea del tiempo más allá de nuestras acciones pasadas o del futuro incierto, el tiempo es como un eterno presente. Nos hacemos eternos. De hecho, el camino mismo no existe, a no ser por el que vamos creando en cada paso que damos. El camino está por todos lados mientras decidamos seguir caminando. Un saludo, también azul.