Con tanto espacio y…
Comentarios desactivados en Con tanto espacio y…Dos bancas, dos personas. Tanto espacio para poder estar cómodos. Es un día soleado y seguramente hace calor; sin embargo, él está sentado pegadito a ella y aunque ella está en la orilla, parece no molestarle la cercanía de su compañero, al contrario, apoya su cuerpo recargándolo distraidamente sobre el brazo que se apoya en ella y se dejan llevar por la belleza del espacio que entra por sus ojos y el amor del roce de sus cuerpos que fluye en silencio.
Hay tantas palabras que se quedan dormidas en el silencio mientras los cuerpos hablan. Una caricia, un abrazo, la cercanía de la piel cuando se comparte el sueño en un mismo lecho… La tibieza de las manos que se posan con suavidad sobre el hombro o alrededor de la cintura mientras se pasea admirando el paisaje y se descubre el regalo de la vida… El silencio que se comparte al estar sentados en una tarde veraniega mientras el sol hace aparecer los colores.
Es amor… Sí, yo creo que el silencio que se guarda las palabras y habla con el roce de los cuerpos, es amor.
Rozando con mi pensamiento,
Peregrina.