Rescate
Hasta aquel lugar profundo
al que cuesta llegar aún en sueños,
inalcanzable para otros, como abismo oceánico,
donde pensé estar por siempre solo,
llegaste, sin aviso.
El azul intenso disfrazado de negro
se rasgó de arriba hacia abajo
al paso de tu arribo de claridad.
Penetraste en mis pensamientos
como la brillante espada de algún mito legendario
y la luminosidad de tu estela de sirena
reveló mis colores interiores
y mis mejillas ruborizadas
de solitario en evidencia
Te sumergiste en mí,
Sin más provisión de aire
que un nostálgico suspiro
Y me alcanzaste…
Me alcanzaste para darme en un beso tu aliento vivificante;
para inspirarme a seguir las burbujas ascendentes
en busca de la luz de libertad;
Para hacerme saber que viniste a las profundidades
por la profundidad de tu amor por mí.
Desde ese día, el día de mi rescate,
veo sereno el azul del mar y el rojo de mis mejillas
admiro con nuevos ojos a la vida y a la eternidad misma;
Porque tu luz, que nunca me deja,
enciende de día y de noche el faro que descubrí contigo;
mi guía para quererte en sueños y amarte en vigilias.
En índigo intenso, más añil que nunca
divagando entre nubolosas de agave azul,
Peregrina.