Feliz porque sí

3 Comentarios »

Es maravilloso estar contenta porque sí. Puede uno estar contento o eufórico por un hecho en particular,  un triunfo, un logro, algo muy puntual pero, cuando se está contenta porque sí, significa que la suma de las pequeñas cosas que tiene la vida están armonizadas.

Es ese el principio de la felicidad.  Las pequeñas cosas de la vida brindan contento como por gotitas, como lluvia, no se sabe de dónde viene exactamente pero llega y es entonces que, la insignificancia del momento, la cotidianidad, mezclados con los instantes que se comparten con personas enamoradas de la vida hacen que explote dentro el deseo de sonreír.

Vivir contenta porque sí provoca que las cosas hermosas aparezcan por todos lados, que los reflejos más puros del alma brillen aún en las superficies más opacas, que las transparencias de los pensamientos dejen ver el sentimiento que los provoca.

El espíritu se acostumbra a escuchar los rumores que transporta el viento y los ojos del alma están abiertos para enlazar las partículas de esencia que va dejando el aura, esas pequeñas huellas que dejan los seres felices que pasan sin ser percibidos, aquellos que no han sido presentados pero que se reconocen apenas se acercan.

Estar feliz porque sí, es intentar darle a alguien el tono de unos ojos enamorados con gotas de lágrimas. Sencillamente la sensibilidad y percepción de la vida son otras desde que seres así se tocan. Entonces se pronuncian como el verbo que viene a modificar cualquier oración que se conjugue en la vida, un verbo maravilloso que hace hermosas todas las ideas, no se ven iguales las mariposas y la relación con el agua es diferente, se redefinen muchos de los sabores y las percepciones sencillas lo mismo que las profundas sufren divinas metamorfosis.

Palabras y pensamientos, un maridaje perfecto en el que se que deleita el alma sonriente mientras evoca momentos felices y se deja llevar, plácida y confiada, por el agua que fluye desde el manantial del amor.

En la evocación de cuatro décadas azules,
Peregrina.