Pasó y sigo igual

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Será la necesidad de dejar huella en el espacio en que nos toca caminar, será el deseo innato, ese del que no nos damos cuenta tener, el que nos lleva a contar el tiempo que llevamos vivos y esperar … esperar … esperar.

Esperar a que llegue, esperar a que no se note que ha llegado, cuando son ya muchos los que han llegado. Notar los cambios que se dan, no de un día para otro, pero sí de día a día.

Desear y seguir deseando, aunque al pasar de cada uno, el sentido de los deseoso se va perdiendo, o … quizá sea mejor decir, toma la ruta de la realidad y es entonces que se deja de desear y se enfoca en el caminar por donde tal vez se pueda encontrar como fruto del camino andado, el fruto del deseo anhelado.

Y luego… luego todo pasa y todo sigue estando igual. Un año y otro más se van metiendo en el cuerpo y el alma se va liberando porque, si bien es cierto que las cicatrices que la vida deja en el cuerpo marcado, las experiencias abren el corazón y sueltan las alas con seguridad y confianza en el vuelo, cada vez más seguro, cada vez más diestro.

Llevo menos del medio siglo… pero voy en camino, lento pero seguro.

Y … después de todo… no se notan, no se notan… yo me siento igual. Y tú… ¿cómo te sientes después de tu cumpleaños?

En el azul más hermoso,
Peregrina

noviembre 27th 2010 Joyas de todos los días