En Oceano Mar (la nota que escribí ayer) Plasson pinta el mar con agua de mar y la ligera sombra que el pincel traza sobre el papel desaparece apenas la toca el viento. Sin embargo, ¿cómo podríamos imaginar un mundo sin los colores del mar? ¿cómo podríamos vivir sin los colores?
Veo a los colores como un regalo de la Luz a nuestros ojos, la transmisión de la Energía en diferentes niveles, la conexión de nuestro centro con los acordes del universo a través de nuestros ojos. No en balde nos identificamos con algún color en especial. Nuestro espíritu se inclina con especial gusto hacia ciertos colores y en muchas ocasiones preferimos determinados tonos dependiendo del estado de ánimo que tengamos. Será por eso que en diversos estudios de la psicología humana se les ha tomado en cuenta de forma tan profunda.
La magia de la vida se presenta por todas partes inspirando, provocando pasiones contrastantes y en la mayoría de los casos, los colores forman parte importante de la manera como reaccionamos. Cuando tuve la oportunidad de entrar en contacto con Aura Soma fue como si abriera una enciclopedia milenaria, un manual ancestral para entenderme con relación a mí misma y con relación a los demás; fue como abrir una cajita de cristal transparente y dejar escapar el arcoíris.
El mismo nombre es mágico: Aura: la luz del amanecer y Soma: la esencia que la recibe. Según la física cuántica toda materia es luz vibrando en diferentes frecuencias creadas por longitudes de onda. Si tomamos en cuenta que cada ser humano emite un aura de color entonces podemos entender que la luz que circunda nuestro campo electromagnético es nuestra esencia, la energía de la que estamos hechos.
Según la teoría de Vicky Wall, creadora de Aura Soma, el ser humano es capaz de encontrar el propio equilibrio que define como “joya viviente” dejando que sean sus propios colores los que lo guíen a despertar sus fortalezas.
Las botellas de equilibrio Aura Soma están hechas con aceites esenciales, hierbas, color y cristales energéticos. El color superior es aceite reposando sobre agua de diferente color. Cuando se agitan vigorosamente los colores se unen temporalmente formando una emulsión de diferente color. Cada botella está diseñada para combinar las potencias de sus componentes y balancear la energía de quien las recibe. La magia de los colores es tan extensa y profunda como la energía que genera.
Me dejo envolver por los colores, regalo del universo;
mientras danzo con el arcoíris,
como si fuera un velo que acaricia mi aura,
abro mi corazón para recibir la fuerza de cada color
y siento el ritmo que acompaña mis movimientos.
Soy una con la Luz que me penetra y
desde mi centro me traspasa
difundiéndose más allá de mí.
Floria.
