José Emilio Pacheco ha pasado a la eternidad y seguirá presente en la impermanencia de nuestros pensamientos. Sus palabras ahora son como el mar, siempre tocando nuestros corazones, guijarros que esperan las olas de ideas que refresquen los sentimientos.
EL MAR SIGUE ADELANTE
Entre tanto guijarro de la orilla
no sabe el mar
en dónde deshacerse
¿Cuándo terminará su infernidad
que lo ciñe
a la tierra enemiga
como instrumento de tortura
y no lo deja agonizar
no le otorga un minuto de reposo?
Tigre entre la olarasca
de su absoluta impermanencia
Las vueltas
jamás serán iguales
La prisión
es siempre idéntica a sí misma
Y cada ola
quisiera ser la última
quedarse congelada
en la boca de sal y arena
que mudamente
le está diciend
o siempre:
Adelante