La libertad se transforma en creatividad

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La creatividad es la expresión del espíritu, la manifestación del pensamiento, la expansión del amor hacia el infinito. La naturaleza es la expresión del gran Espíritu, la manifestación de su Pensamiento que continúa expandiéndose en un deseo constante de armonía y perfección infinita. Somos pensados segundo a segundo. Cada una de las vidas que existen en esta creación siguen siendo imaginadas y creadas a través de esa manifestación-pensamiento.

Somos libres de actuar y somos dueños de los actos que nos nacen de pensamientos que manifestamos a través de ideas y sueños que transformamos (consciente o inconscientemente) en obras con las que vamos formando los caminos por los que andamos… sin embargo… ¿De dónde vienen esos pensamientos que nos empujan a actuar? ¿De la meditación? ¿De la reflexión? ¿De los sueños? ¿De nuestro espíritu que intercambia ideas con el Espíritu? ¿Será que somos parte de ese mismo pensamiento creador?

Kismet, destino… ¿sí?

kismet

En busca de respuestas, Peregrina.

Libre, libre como el aire

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Comienzo con la libertad: Jarabe de Palo cantando con La Mari, acompañados por la danza de La Shica.  Me gusta mucho el conjunto de este videoclip. Las palabras, el baile, la forma en que se acompañan…   La armonía de la libertad.

Es maravilloso poder compartir la vida con personas que respeten nuestros sentimientos, nuestra forma de pensar, que acepten nuestras discrepancias y comprendan nuestras lágrimas.  Que gocen de nuestra alegría y se contagien con nuestras sonrisas.  Nos acompañen en las tristezas y nos levanten cuando no tengamos fuerza de hacerlo solos.

Agradezco a la vida por poder abrir las alas y dar tantas vueltas como necesite y poder regresar al nido, sabiendo que seré recibida con la calidez de un abrazo sincero.

Pido la sabiduría para aceptar las decisiones de quienes están cerca de mí, prudencia para no interferir en sus sueños para que también ellos vuelen alto sintiéndose libres de crear su entorno y brillar con luz propia.

Libertad es mi deseo para todos en esta noche.

 

Repetición, ritmo, silencio.

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monasterio-cartujo

Imaginen la obscuridad de una sala de cine, la luz tenue de la pantalla que comienza a mostrar imágenes de los Alpes franceses. El silencio del bosque y un cielo azul intenso, sin nubes, la sensación del viento frío. Pareciera que el tiempo se hubiera detenido y sin embargo tiempo fue lo que se necesitó para poder realizar esas tomas. Tiempo y paciencia para dejarlo pasar sin perder la esperanza ni cambiar la visión.

Generalmente, hacer una película toma tiempo, algunas más otras menos, dependiendo del proyecto pero… ¿21 años? ¡21 años para ver realizada una idea!

Me refiero a El Gran Silencio, un documental dirigido por Philip Gröning quien manifestó una gran tenacidad de espíritu y seguridad en su deseo de realizar este proyecto. Esperó hasta escuchar la respuesta a la solicitud que hiciera a la Orden de los Cartujos en 1984. Después de 17 años lo llamaron para aceptar, bajo ciertas condiciones de austeridad y silencio, que entrara al Monasterio y conviviera con los monjes durante un año. Dos años para prepararse antes de comenzar, dos años más en la postproducción… 21 años.

21 años para mostrar al mundo silencio. La vida en contemplación, el simple hecho de vivir el presente de la manera más austera y pura. Al inicio el impacto de esa austeridad de vida reflejada magistralmente en las imágenes crea una cierta ansiedad, se espera la aparición del primer actor, de la primera línea, en fin, poco a poco la ansiedad se torna en curiosidad hasta que el silencio va abrazando al alma y se entra en contemplación. Difícil creer que en un cine se pueda encontrar el espacio para la contemplación, porque después de un rato se deja de ver la película, los sentidos empiezan a afinarse y llega a crearse un encanto particular. El silencio seduce. La repetición de las actividades siguiendo un ritmo que crea armonía en la vida de los hombres que habitan el monasterio. Repetición, ritmo, silencio.

Contemplar la contemplación de otros. Entrar en silencio en la vida de quienes escuchan únicamente los sonidos de la naturaleza, los producidos por la vida diaria sin intervenir con las voces, haciendo que los pensamientos se manifiesten a través del trabajo y lograr que de la rutina diaria nazca la gran meditación a medida que se entrega en la perfección del trabajo y se vive el gozo del hacer.

En la carrera de nuestro vivir cotidiano dejamos de percibir la felicidad en los momentos simples y entonces buscamos grandes empresas que nos roban cantidades de energía, nos agotan. No nos percatamos de los olores que nos rodean, ni de la paz que nos proporciona respirar profundamente y saborear con calma los alimentos que consumimos.

Cada uno de los cuadros que nos presenta Philip Gröning nos invita a la meditación, a buscar en el silencio de nuestro interior, a vivir en contemplación. La campana que cada cierto tiempo anuncia el cambio de actividad. Un avión que cruza por el cielo infinito, tan alto, en silencio. De repente, una excursión en la que los hombres dejan salir sus voces en gritos de júbilo al deslizarse por la colina nevada como si fueran niños pequeños. Las manos jóvenes de un hermano que cura la piel seca y ajada de un anciano. Los cánticos de los monjes que se reúnen para orar a la luz de las velas. Repetición, ritmo silencio. Una y otra vez

Entre 19:30 y 20:00 horas: Acostarse.

23:30: Levantarse y oración en la celda.

00:15: Maitines seguidos de laudes (en la Iglesia). Laudes de la Santísima Virgen (en la celda), acostarse.

6:30: Levantarse.

7:00: Prima-Angelus.

8:00: Misa conventual en la iglesia. Lectio divina (lectura meditada de la Biblia).

10:00: Tercia. Estudio-trabajo manual.

12:00: Angelus-Sexta.

Comida-Recreación (trabajar, leer, tomar el sol…).

14:00: Nona.Trabajo manual-estudio (el equilibrio entre ambos será diferente en cada caso).

16:00: Vísperas de la Santísima Virgen.

16:15: Vísperas en la Iglesia. Colación-lectura-oración.

18:45: Angelus-Completas.

19:30-20:00: Acostarse.

No es que tengamos que permanecer en silencio y dejemos de interactuar con nuestros semejantes. Definitivamente esa es una elección de vida y se necesita vocación, pero sería interesante poner en práctica la dedicación al momento presente, enfocar nuestros sentidos en lo que hacemos y sí, en lo que decimos, para que cada una de nuestras palabras tenga un sentido constructivo y positivo para nuestra evolución y la de quien nos escucha.

Para mayor información sobre el estilo de vida Cartujo:  http://www.chartreux.org/index.php

Observar la luna

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Desde siempre el ser humano ha obtenido su conocimiento por medio de la observación para tratar de comprender el cómo y por qué de la vida que lo rodea. El conocimiento se transforma en evolución y la evolución busca la realización. Observar es una tarea que requiere de espacio y tiempo. Es necesario lograr callar los pensamientos desordenados y enfocar la mente en el momento presente para absorber cada uno de los detalles que se despliegan ante nuestros ojos.

Observar nos lleva a meditar.  Es en la pureza del momento presente cuando nuestro espíritu logra encontrar las respuestas que puede haber estado buscando durante mucho tiempo. Personalmente encuentro muy gratificante observar la luna. Disfruto intensamente regalarme momentos para perder la mirada en su forma, encontrar figuras en los dibujos que trazan sus destellos en el juego siempre armonioso que nace de la fusión de su silueta mezclada con las nubes. La luna me transmite silencio y me invita a la contemplación de la obra completa del universo infinito, perdiendo mi mirada en un pequeño rincón que se me regala cada noche envuelta en una forma siempre diferente.

Probablemente tú que me lees lo sabes, probablemente te parezca interesante saberlo: nombres de la luna en cada una de sus fases

Luna Nueva (0% iluminada)

Creciente Iluminante (25% iluminada)

Primer Cuarto (50% iluminada)

Gibosa Iluminante (75% iluminada)

Luna Llena(100% iluminada)

Gibosa Menguante (75% iluminada)

Último cuarto (50% iluminada)

Creciente Menguante (25% iluminada)

Si te regalas momentos de observación y contemplas la luna durante un ciclo completo, te darás cuenta de los cambios que va presentando. Ciclo tras ciclo se renueva una y otra vez completando meticulosamente cada uno de los pasos recorridos tantas veces, que el número se pierde en el infinito del pensamiento humano. Ciclo tras ciclo, milagrosamente, su aspecto es diferente. ¡Observa! siempre habrá algo en el cielo que haga que cada noche sea especial, que no haya dos noches iguales, así como no hay dos seres iguales en la inmensidad de este universo.

Uno más de los milagros que nos regala la vida.  Te invito a perderte en la contemplación de la luna, un momento, cada noche.  Por lo pronto, comparto esta imagen de la luna llena de diciembre 2008.

¡Mágico Beso!
Peregrina.

besando-a-la-luna

Luna creciente iluminante

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Esta noche la luna brilla delicada y sonriente en la negrura del cielo. Desde la ventana del salón percibo su belleza y recibo la magia que transmite. Respiro profundamente mientras la miro y me lleno de su luz creciente iluminante.

Escucho el susurro del viento que mueve las hojas del limonero invitándome a salir. Danzo con un velo azul. Danzo con las manos abiertas, extendiendo mis dedos hacia el cielo para acariciar el aire que se escapa mientras siento el frío que recorre mi cuerpo y cubro mi rostro con la sonrisa de la luna.  Aagradezco la abundancia de dones que he recibido pues amo y soy amada. Vivo y fluyo con la luz de la luna.Peregrina.

¿Alguna vez has pensado en identificar las religiones por su olor?

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Monsieur IbrahimEscucha, huele. Con los ojos cubiertos por una venda, el muchacho percibe el olor a incienso en medio del silencio profundo que se intensifica al escuchar algún eco; su mirada se ilumina con la media luz que llega desde las ventanas del templo ortodoxo. En la segunda experiencia, sus ojos vuelven a dejar abierta la percepción absoluta al olfato y al oído, esta vez el olor de las velas despierta su sensibilidad y descubre que se encuentra en un templo católico, una tenue luz atraviesa el humo, matizándolo con los colores que atrapa en los vitrales por los que entra. En su tercera y última experiencia, antes de entrar el niño identifica el olor de gente. Huele a pies y sus manos bajan la venda para poder entender en dónde está. El anciano que lo guía lo confronta: «¿Acaso crees que eres mejor que los demas? Tus pies también huelen» El poder olerse y oler, tener la capacidad de sentirse y sentir la esencia de los demás reconforta al ser que ama sinceramente y acepta la naturaleza de las cosas sin etiquetarlas ni estigmatizarlas.

Monsieur Ibrahim abre ante los ojos de Momo una ventana a la simplicidad de la vida. Le enseña a bailar en el silencio de la meditación derviche, callar sus pensamientos para dejar que su corazón se libere y salga de la jaula que lo aprisiona, le permite bailar para que su corazón cante y se eleve a los cielos.

Momo descubre el valor de una sonrisa, con la que puede conseguir cualquier cosa, empezando por su propia felicidad, ¡es sonreír lo que da la felicidad!

Una película de Francoise Dupeyron basada en la novela “Monsieur Ibrahim et les fleurs du Coran” escrita por Eric Emmanuel Schmitt en la que Omar Sharif comparte magistralmente los diálogos con Pierre Boulanger.

Una joya que hace cantar los corazones.
Danzando en círculos infinitos,
Floria.

Espejo de agua

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Espejo de agua

El agua reflejó los últimos rayos del sol dejándonos a merced del viento que soplaba desde el norte.  Una tarde de enero le daba paso a la media luna que comenzaba a brillar en el añil del cielo nocturno.

Me gusta el conjunto armonioso que la mano del hombre logró darle a este rincón de nuestro planeta, en el que naturaleza y arquitectura comparten espacio.

En el momento que capté en la foto,
Floria.

Una fábula sobre tolerancia adornada con arabescos y hadas.

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Ahora que el tema de la diversidad está tan de moda desde que el nombre del señor Barack Hussein Obama encabeza los diarios de todo el mundo, se me ha antojado volver a ver una película de dibujos animados y compartir una reflexión.

Nos complacemos en la diversidad de los sabores, colores, olores, sonidos, texturas… todo lo que hay en nuestro maravilloso mundo es hermoso y… si no es agradable, puede ser útil. Todo depende de la actitud con la que lo recibamos.

Nos desarrollamos en un universo de contrastes. Son tantas las variantes que puede haber para algo que, en ocasiones, es difícil decidir cuál es la que más nos complace, con cuál nos queremos quedar pero ¿qué pasa con las que no son de nuestro agrado? Bueno, en la gran variedad de seres que se regocijan en este planeta, habrá alguien a quien le parezca bueno, lindo o útil.

Sin embargo hay quienes no lo ven así y en lugar de dejarlo para otros, lo destruyen. En vez de aceptar las creencias de los demás, las menosprecian. No contentos con tener el poder obtenido por la fuerza, desean erradicar a quienes no se les asemejan.

Me parece realmente increíble que en la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, un país en donde las razas y culturas se han mezclado para forjarlo a base de compromiso y trabajo, hayan tenido que pasar, desde 1789, 43 presidentes por la Casa Blanca para que finalmente uno de tez obscura esté al mando. ¡Una nación en la que millones de ciudadanos tienen ese mismo color de piel desde mucho antes de 1789!

Nunca habrá dos personas iguales, cada uno de nosotros es único y, sin embargo, en vez de apreciar la diversidad y respetar las ideologías que sean distintas a las propias, el ser humano no ha hecho otra cosa que tratar de igualar lo que le rodea, basándose en sus gustos anulando de ser posible lo que no se asemeje a sus ideales.

¡Busquemos lo novedoso, aprendamos de aquello que es distinto por el simple gusto de tener opciones para elegir en nuestro entorno! Enseñémosles a nuestros niños que el mundo es bello porque es variado.

Michel Ocelot, escritor, diseñador y director francés que ha producido películas animadas y programas de televisión, nos cuenta la historia de Azur y Asmar, dos niños criados en Francia como hermanos, uno rico y el otro hijo de la nodriza de la familia. La vida les mostrará que lo mejor que tienen es precisamente la diversidad de sus   culturas y razas. Una fábula sobre tolerancia adornada con arabescos, hadas y aventuras mágicas.  Disfrútenla… ¡por el simple hecho de ver algo diferente!

Peregrina.

Azur et Asmar

La joven de las naranjas

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La joven de las naranjas

Aprovechar los momentos azules, pasando por toda la gama, desde el pálido celeste hasta el índigo más profundo, antes de que se apaguen. Trascender, dejar testimonio de lo que somos más allá de nuestra existencia. Qué importante tener la capacidad de decidir vivir intensamente a pesar de saber que estamos en este mundo por tiempo limitado y, precisamente por eso, dedicar a cada situación de la cotidianidad toda nuestra consciencia y entusiasmo, seguros de que cada decisión que tomamos se va acumulando y traza el diseño del plan de los días que nos vienen por delante.  Leer La joven de las naranjas me dejó una sonrisa en el corazón. El pensamiento reflexivo de un padre muerto que cuenta a su hijo el por qué de su existencia y el amor a la vida por la vida. La frescura de las reflexiones de un hijo adolescente que encuentra el sentido de vivir por la simple alegría de vivir.

Jostein Gaarder logra mantener la atención desde la primera hasta la última página de esta celebración a la vida… aún después de la muerte.

Floria.

Mehendi: diseños temporales, tradiciones milenarias.

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Los mehendi o mahendi son diseños hechos con una pasta a base de henna aplicada generalmente en las manos y pies. Este es un arte delicado, que se realiza con dedicación y sutileza. Dura apenas algunas semanas, en contraste, el arte del mehendi es una tradición que se pierde en la historia del tiempo. Desde las grandes flores de los diseños árabes, pasando por los encajes sofisticados de los dibujos hindús hasta los simples diseños de puntitos y rayas geométricas de la técnica africana, el mehendi es un arte con el que puedes hacer volar tu imaginación… un poco de henna y mucha creatividad… ¡Inténtalo! Vale la pena.

Floria.

enero 20th 2009 Joyas de todos los días