LA MORADA DE LA RIQUEZA

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Mi fatigado corazón se despidió de mí para irse a la Morada de la Riqueza. Al llegar a esa ciudad sagrada, que el alma había alabado y glorificado, comenzó a vagar desconcertado ante la ausencia de lo que siempre había imaginado hallar. La ciudad estaba vacía de poder, riquezas y autoridad. Y mi corazón se dirigió a la hija del Amor y le dijo:

-Oh, Amor, ¿dónde puedo hallar a la Satisfacción? He oído que ha venido a hacerte compañía.

Y la hija del Amor respondió:

-La Satisfacción ya se ha ido a predicar su evangelio a la ciudad donde gobiernan la avidez y la corrupción. No la necesitamos. La Riqueza no implora Satisfacción, porque ésta es recompensa terrena, con deseos colmados de objetos materiales. La Satisfacción es expresión del corazón. El alma eterna no está nunca satisfecha; su objetivo es la búsqueda permanente de lo sublime.

WatercolorAsí mi corazón se dirigió a la Belleza de la Vida y le dijo:

-Tú eres toda Sabiduría; ilumíname como el misterio de la Mujer.

-Oh, corazón humano -Ella me respondió-,la mujer es tu propio reflejo, lo que tú eres, y se halla dondequiera que tú estés; es como la religión desoída por el ignorante, y como la luna límpida de nubes, y como la brisa libre de impurezas.

Y mi corazón se encaminó hacia la Sabiduría, hija del Amor y la Belleza, y le dijo:

-Concédeme Sabiduría, y la compartiré con los míos.

-No nombres a la sabiduría sino a la Riqueza -ella me respondió -, pues la verdadera riqueza no proviene de lo externo sino que nace en lo más Profundo de la vida. Compártela con los tuyos.

GIBRÁN KHALIL GIBRÁN
LAGRIMAS Y SONRISAS, 1914

La mujer es tu propio reflejo …  Peregrinando entre reflejos…

El canto de la lluvia

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Soy las húmedas hebras de plata lanzadas del cielo
Por los dioses. La Naturaleza me lleva, para adornar
Sus campos y valles.

lluvia

 

Soy las bellas perlas, arrebatadas a la
Corona de Ishtar por la hija del Alba
Para embellecer los jardines.

Cuando lloro las colinas ríen;
Cuando estoy abatido las flores se regocijan;
Cuando estoy agobiado, todo sonríe con alborozo.

El campo y la nube son amantes
Y entre ellos soy el mensajero de la misericordia.
Sacio la sed de uno,
Curo la dolencia del otro.

 

 

La voz del trueno proclama mi llegada;
El arco iris anuncia mi partida.

Soy como la vida terrena, que comienza a
L
os pies de los desencadenados elementos y culmina
En las elevadas alas de la muerte.

Emerjo del corazón del mar y
Me remonto con la brisa. Cuando veo un campo en la
Indigencia, desciendo y rodeo las flores y
Los árboles en un millón de pequeñas caricias.

Golpeo suavemente las ventanas con mis
Delicados dedos, y mi anuncio es una
Canción de bienvenida. Todos pueden oírme, pero sólo
Los sensibles me comprenden.

La calidez del aire me da a luz,
En cambio yo la opaco,
Tal como la mujer derrota al hombre con
La fuerza que de él extrae.

Soy el suspiro del mar;
La risa de los campos;
Las lágrimas del cielo.

Lo mismo que el amor:
Suspiro desde el hondo mar del cariño;
Río desde el vívido territorio del espíritu;
Lloro desde el infinito cielo de los recuerdos.

Khalil Gibran
Fragmento del libro «Lágrimas y Sonrisas» publicado en 1914

 

De corazones y almas que se reflejan en ellos

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Hay corazones tan pequeños y débiles que mueven a tantos corazones que se sienten fuertes y  grandes, pero resultan tan pequeños e impotentes ante la majestuosa fuerza del amor invisible… Indivisible … Ese que solo se transmite entre corazones abiertos al infinito Amor Incondicional, ese que es Divino por naturaleza incondicionalmente condicionado y enriquece y da vida a todos los corazones, por pequeños o grandes que parezcan.

ojo_llorando_con_pupila_corazonY de repente, miro los ojos de un corazón iluminado, que sufre y no sabe a bien por qué o cómo es que llega a ese momento en el que un pequeño corazón que sabe que le pertenece por derecho de sangre, está abierto … Debilitándose, exponiéndose y donándose… Y esos ojos me miran y tratan de sonreír y pierden la fuerza de su potente voz y se doblegan ante el dolor que… Se desvanece en sonrisa de niño cuando una broma que pretende hacerle olvidar lo toca… Como una caricia… Y sonríe como queriendo decir «no puedo más, me duele y no sé cómo llorar» y esa voz, esa potente voz, por primera vez, suena como un susurro, una potente voz silenciada por el desvanecerse del latir de un corazón… Un corazón que lucha por seguir latiendo, por dejarse escuchar más allá de la distancia, más allá de los silencios…

Esos corazones que pasan delante del dolor indiferentes porque no conocen, porque no han estado expuestos, o bien porque han estado encerrados en el ego de su inconsciencia y pasan, miran  y no logran percibir lo que sucede porque no entienden el amor que se desborda queriéndolos tocar sin lograr llegar a ellos, por más que se estira y se estira, no los toca porque no se dejan tocar.

Amar sin saber a quién se ama, mirar sin saber a bien qué se mira, en la infinita obscuridad que se transforma en luz opaca, luz que no brilla, luz que se difumina lentamente y entra por … no, no por los ojos, no son los ojos los que la miran… Es el corazón… Cuando una mirada está perdida, es el corazón quien abre los ojos  y mira, profundo, distante, diáfano y permanente.  Por eso la mirada parece perdida, porque es el corazón que se concentra y mira, toca, más allá del tiempo, más allá de los límites del pensamiento… Se transforma, se transmuta… Muto… Sin sonidos… Como el murmullo de los árboles que transmiten su amor a través de la suave y sigilosa caricia del viento sobre sus hojas…  Y los corazones laten porque lo notan… Laten porque lo sienten… Laten porque lo comparten… El amor…

El amor…

Y una lágrima de agradecimiento resbala y las rodillas se doblegan…

Gracias por dejarme sentir, gracias por latir dentro de mí, gracias por permitirme percibir otros latidos … Otras palpitaciones… Otros corazones… Otras almas que se reflejan en los latidos de muchos corazones…

Peregrinando entre los latidos de corazones unidos por un corazón…

El día dorado de mi vida

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¡Mira mamita! ¡Es una niña! ¡Tiene mi lunar y me está apretando el dedo!

Esas fueron las palabras que mi madre escuchó cuando despertó de la profunda anestesia que le administraron después de que viviera con gran intensidad la larga y complicada travesía de un parto … que nunca se logró. Casi al final de las esperanzas, cuando tuvieron que decidir entre la vida de ella o de la criatura que aun no conocía, abrieron su vientre y en medio de su inconsciencia y la desesperación de un hombre que no dejaba de fumar en los pasillos contiguos, acompañado de una madre que suplicaba por la vida de su hija, ¡di mi primer respiro!

Cincuenta años hace de ese momento que yo, por supuesto, no recuerdo, pero que me viene contado con gran emoción por mi madre que nunca lo olvidará. Mi padre me sostenía entre sus enormes manos y sus ojos la miraban con profundo amor.

Bellísima, de piel suave como durazno, rosada como un delicado pétalo de rosa, cabellos de tonos cambiantes entre dorado y cobre y con ojos oliva y fuego.

Propósito, anhelo, angustia expectante. Deseos caprichosos, planes puntuales, decisiones audaces y cautelosos silencios.

De todo ha habido.

Dichas incontables, pérdidas amargas, dolores profundos y gozos magistrales. Orgasmos infinitos y lentos sacrificios. Maravillas y placeres; albricias y delicias. De todos los colores se han pintado mis días y en todos los azules he orado y alcanzado la contemplación divina. Amores eternos, amantes infinitos. Almas gemelas que en el paseo me han acompañado, besos profundos, creativos y progresivos que inspiran vida. Vida que absorbo con cada respiro, penetrante, profundo… eterno más allá de lo que veo y siento.

En el peregrinar hacia la trascendencia…

Peregrina.

Trémulos instantes

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Willy Ronis

 

De repente existen momentos con un extraño intervalo en el que los suspiros se pierden, los pensamientos que nacieron de las miradas mutan en etéreo elixir que empapa el solitario momento; se transforman en un sobrecogimiento del instante que se desvanece, trémulo, como las palabras que se pudieron haber pronunciado o las miradas que tal vez brillaron, o desearon haber brillado en ese instante de resplandor que existió… o existe … o existirá … ahora y siempre. Así se nos va la vida. En trémulos instantes de turgentes deseos.

Peregrina de instantes.

La Odalisca

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Comenzó con movimientos que después siguieron a las notas. La interpretación fue surgiendo del sentimiento que nacía de cada pausa, entre cada silencio, cambiante como el movimiento de la seda. Luego llegaron las palabras que quedaron perfectas para el momento.

¿De qué sirve mi belleza
la riqueza,
pompa, honor y majestad,
si en poder de adusto moro
gimo y lloro
por la dulce libertad?

Luenga barba y torvo ceño
tiene el dueño
que con oro me compró;
y al ver la fatal gumía
que ceñía,
de sus besos temblé yo.

¡Oh, bien hayan los cristianos,
más humanos,
que veneran una cruz,
y dan a sus nazarenas
por cadenas,
aura libre, clara luz!

Dime, mar, que me aseguras
brisas puras,
perlas y coral también,
si hay linfa en tu extensión larga
más amarga
que mi lloro en el harén.

¿De qué sirve a mi belleza
la riqueza,
pompa, honor y majestad,
si en poder de adusto moro
gimo y lloro
mi perdida libertad?


Juan Arolas (España 1805-1849)

Peregrinando entre notas y palabras

Nostos νόστος

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nostos


Louise Glück, escribió este hermoso poema. Nostos es una palabra griega que significa «regreso al hogar».  Al leerlo, se me antojó caminar por las calles de mi amado Coyoacán.

Había un manzano en el patio –
esto habrá sido
hace cuarenta años – detrás,
sólo praderas. Montones
de crocus en el pasto mojado.
Yo me paraba junto a esa ventana:
fines de abril. Flores
de primavera en el patio vecino.
¿Cuántas veces el árbol floreció,
de verdad, para mi cumpleaños,
el día exacto, no antes,
ni después? Sustitución
de lo inmutable
por lo que cambia, por lo que evoluciona.
Sustitución de la imagen
por la tierra implacable. ¿Qué
es lo que sé de este lugar?
El papel de ese árbol confundido por
décadas con un bonsai, las voces
subiendo desde las canchas de tenis –
Los campos. Olor a pasto crecido, recién cortado.
Lo que se espera de un poeta lírico.
Miramos el mundo una sola vez, en la infancia.
El resto es memoria.

Paseando con los pies del pensamiento,
Peregrina.

Bailarina

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Un poema de Gabriela Mistral, para celebrar el día de la danza.

La bailarina ahora está danzando
la danza del perder cuanto tenía.
Deja caer todo lo que ella había,
padres y hermanos, huertos y campiñas,
el rumor de su río, los caminos,
el cuento de su hogar, su propio rostro
y su nombre, y los juegos de su infancia
como quien deja todo lo que tuvo
caer de cuello y de seno y de alma.

bailarina En el filo del día y el solsticio
baila riendo su cabal despojo.
Lo que avientan sus brazos es el mundo
que ama y detesta, que sonríe y mata,
la tierra puesta a vendimia de sangre,
la noche de los hartos que ni duermen
y la dentera del que no ha posada.

Sin nombre, raza ni credo, desnuda
de todo y de sí misma, da su entrega,
hermosa y pura, de pies voladores.
Sacudida como árbol y en el centro
de la tornada, vuelta testimonio.

No está danzando el vuelo de albatroses
salpicados de sal y juegos de olas;
tampoco el alzamiento y la derrota
de los cañaverales fustigados.
Tampoco el viento agitador de velas,
ni la sonrisa de las altas hierbas.

El nombre no le den de su bautismo.
Se soltó de su casta y de su carne
sumió la canturia de su sangre
y la balada de su adolescencia.

Sin saberlo le echamos nuestras vidas
como una roja veste envenenada
y baila así mordida de serpientes
que alácritas y libres le repechan
y la dejan caer en estandarte
vencido o en guirnalda hecha pedazos.

Sonámbula, muda en lo que odia,
sigue danzando sin saberse ajena
sus muecas aventando y recogiendo
jadeadora de nuestro jadeo,
cortando el aire que no la refresca
única y torbellino, vil y pura.

Somos nosotros su jadeado pecho,
su palidez exangüe, el loco grito
tirado hacia el poniente y el levante
la roja calentura de sus venas,
el olvido de Dios de sus infancias.

Danzando en mi peregrinar por la vida,
Peregrina

Poesía mística y erotismo espiritual

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Juan de Yepes Álvarez  (España 1542 – 15919), uno de los pilares de la iglesia católica,  no pertenecía a su tiempo, no tenía el espíritu controlado y obediente que la Santa Iglesia, a la que pertenecía, demandaba a sus hijos. Tenía la vida a flor de piel, buscaba la esencia de su espíritu y anhelaba volver a los brazos de su creador, pero su cuerpo y su mente, altamente mortales, cantaban alabanzas con elocuencia erótica.  Quien ha leído el Cantar de los Cantares, notará su gran influencia.

Con tan magistral uso de los sentidos hechos palabra, logró unir la erótica con el espíritu y lo manifestó de forma excelsa en el «CÁNTICO ESPIRITUAL» obra de gran belleza lírica en donde las palabras alcanzan la perfección de la expresión del espíritu. Como dijera Octavio Paz «La relación entre erotismo y poesía es tal que puede decirse, sin afectación, que el primero es una poética corporal y que la segunda es una erótica verbal. Ambos están constituidos por una oposición complementaria. El lenguaje es capaz de dar nombre a lo más fugitivo y evanescente: la sensación.»

Deleitarse con estas palabras y alcanzar el estado mágico para poder comprenderlas, lleva un poco de tiempo. A lo mejor una copa de Pascual Toso sería de deliciosa, cálida y amigable compañía.

Cántico Espiritual
San Juan de la Cruz

Canciones entre el alma y el Esposo

Esposa

1. ¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.

2. Pastores, los que fuerdes
allá por las majadas al otero:
si por ventura vierdes
aquel que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.

3. Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.

Pregunta a las criaturas

4. ¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado!
Decid si por vosotros ha pasado.

Respuesta de las criaturas

5. Mil gracias derramando
pasó por estos Sotos con presura,
e, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de su hermosura.

Esposa

6. ¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero:
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero.

7. Y todos cuantos vagan
de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.

8. Mas ¿cómo perseveras,
¡oh vida!, no viviendo donde vives,
y haciendo porque mueras
las flechas que recibes
de lo que del Amado en ti concibes?

9. ¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y, pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?

10. Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para ti quiero tenellos.

11. ¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados!

12. ¡Apártalos, Amado,
que voy de vuelo!

El Esposo

Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma
al aire de tu vuelo, y fresco toma.

La Esposa

13. Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos,

14. la noche sosegada
en par de los levantes del aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.

15. Nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado.

16. A zaga de tu huella
las jóvenes discurren al camino,
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo divino.

17. En la interior bodega
de mi Amado bebí, y cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía;
y el ganado perdí que antes seguía.

18. Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa;
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa:
allí le prometí de ser su Esposa.

19. Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.

20. Pues ya si en el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido;
que, andando enamorada,
me hice perdidiza, y fui ganada.

21. De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas
y en un cabello mío entretejidas.

22. En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.

23. Cuando tú me mirabas
su gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en ti vían.

24. No quieras despreciarme,
que, si color moreno en mi hallaste,
ya bien puedes mirarme
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mi dejaste.

25. Cogednos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.

26. Detente, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el Amado entre las flores.

Esposo

27. Entrado se ha la esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobre los dulces brazos deI Amado.

28. Debajo del manzano,
allí conmigo fuiste desposada.
allí te di la mano,
y fuiste reparada
donde tu madre fuera violada.

29. A las aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores
y miedos de las noches veladores,

30. Por las amenas liras
y canto de serenas os conjuro
que cesen vuestras iras,
y no toquéis al muro,
porque la esposa duerma más seguro.

Esposa

31. Oh ninfas de Judea!,
en tanto que en las flores y rosales
el ámbar perfumea,
morá en los arrabales,
y no queráis tocar nuestros umbrales

32. Escóndete, Carillo,
y mira con tu haz a las montañas,
y no quieras decillo;
mas mira las compañas
de la que va por ínsulas extrañas

Esposo

33. La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.

34. En soledad vivía,
y en soledad ha puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.

Esposa

35. Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte ó al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.

Serge Marshennikov-836. Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos

37. Allí me mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me darías
allí, tú, vida mía,
aquello que me diste el otro día:

38. El aspirar del aire,
el canto de la dulce Filomena,
el soto y su donaire,
en la noche serena,
con llama que consume y no da pena

39. Que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco parecía,
a vista de las aguas descendía.

La relación de la poesía con el lenguaje es semejante a la del erotismo con la sexualidad. Octavio Paz… una vez más.

Peregrina, emocional controlada, neurótica obsesiva, afectiva intensa, moderada.

abril 23rd 2014 Joyas de todos los días

Lo esencial de los esenciales

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¿Por qué la aromaterapia y los aceites esenciales sí funcionan?

El uso de aceites esenciales tiene su fundamento científico en la actividad eléctrica tanto del cuerpo humano como el de los aceites. El cerebro humano tiene una frecuencia que oscila de los 72 a los 90 Mhz, mientras que los aceites esenciales tienen frecuencias que van de los 52 Mhz hasta los 320 Mhz, como es el caso del aceite de rosas. rosamosquetaDurante la respiración, debido a los radicales libres que bombardean en cuerpo humano, las frecuencias disminuyen, lo mismo ocurre con la alimentación, con la aplicación de algunos productos, incluso con los pensamientos, pues los pensamientos negativos bajan la frecuencia en 12 Mhz, mientras que los pensamientos positivos la incrementan 10 MHZ.

Cdaa uno especial para algo, perfecto para todo… Es mejor mezclarlos con aceite de almendras dulces si se van a frotar sobre la piel que debe estar limpia. Si se va a usar como aromaterapia, entonces puede ir solo. Entre los que más uso están:

aceites esencialesAceite de orégano, con propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias.
Aceite de tomillo, que inhibe el crecimiento de microorganismos infecciosos.
Aceite de albahaca, con efecto antiespasmódico.
Aceite de ciprés, que mejora la circulación y reduce la inflamación.
Aceite de gaulteria, indicado para huesos y articulaciones.
Aceite de mejorana, relajante muscular y antiespasmódico.
Aceite de menta, que se aplica al final para potenciar el efecto del resto de los aceites y tiene propiedades calmantes y antimicrobianas.
Aceite de rosas (mi consentido), con propiedades antidepresivas, antisépticas, para aliviar el insomnio y el nerviosismo.
Aceite de lavanda (mi favorito)  con propiedades analgésicas, regenerador de la piel, antimicrobiano, antiséptico, tranquilizante.

aceite esencialHay muchos, muchos más… limón, bergamota, anís, sándalo, caléndula, árbol del té, cúrcuma, aranjo, ylang ylang, melisa, geranio, incienso, jazmín, manzanilla, salvia, canela, jengibre, ¡infinita la lista!

La esencia se encuentra en el peregrinar.

marzo 23rd 2014 Joyas de todos los días