Luna llena de octubre… el encanto de lo establecido
Comentarios desactivados en Luna llena de octubre… el encanto de lo establecidoLa fuerza de lo establecido es muy poderosa. Las acciones que derivan de las decisiones que se toman pueden ser más grandes de lo que imaginábamos mientras las componíamos entrelazando las notas que formarían la sinfonía que ahora tocamos.
Hay quienes viven intensamente buscando la razón de existir y marcan su paso por la vida acariciando y dejando huella en los corazones de quienes los rodean; viven bañando de luz a quienes los miran… Tienen fuerza y pasión en cada paso que dan. Sin embargo, hay pasiones malentendidas que se dan cuando los pies marcan el sendero con dolor, con mentiras y la sinfonía que componen se va formando de notas armonizadas por el llanto y el rencor de quienes les ven caminar pasando por sus senderos… La fuerza de lo establecido es muy poderosa, tan poderosa como la fuerza de esta luna llena que aún no se ha manifestado y sin embargo se deja sentir con el sentido de dos de sus nombres ancestrales: Luna de Viajes y Luna de Sangre… En ocasiones los mensajes que la vida me manda están en clave, son secretos que no logro descifrar, o los comprendo pero no en el momento en que los vivo. Pero la vida se manifiesta, está ahí… un infinito de sinfonías con todo tipo de acentos.
La luna llena de octubre bañará nuestras noches con una fuerza preestablecida absolutamente poderosa . Luna del cazador: las hojas caen, los animales quedan al descubierto, momento de aguzar el sentido de supervivencia. Luna de la Hierba que Muere, el otoño tiñe de ocre los parajes, las cosechas se han dado. Un mes decisivo en el que toda la belleza y luminosidad del verano le dona espacio al silencio del otoño en el que la meditación se enfoca a limpiar, renovar, dejar caer lo que ya no sirve y cerrar los ciclos que se abrieron durante la primavera y verano.
Luna llena de octubre… para algunos es la luna más hermosa. Para mí tiene el encanto de la fuerza de lo establecido. La fuerza de la vida.
Dejándome bañar por su luz,
Peregrina.